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Del folclore al exotismo político

Políticos y famosos llenan el palco del Camp Nou

N. R.

Ni un alfiler cabía este domingo en el palco presidencial del Camp Nou que, como siempre sucede en las grandes citas, se quedó pequeño para acoger a todos los candidatos a contemplar el enésimo partido del siglo al lado de Joan Laporta y Florentino Pérez.

Se desató una guerra de guerrillas durante la semana para hacerse con un asiento en la zona noble, que dejó ver rostros tan populares como el del cantante David Bisbal y otros tan desconocidos como el del presidente del Gobierno de Bosnia, Haris Silajdzic, o el del ministro de Economía de Marruecos, Noureddine Mezouar.

Junto a ellos, el presidente y el vicepresidente de la Generalitat, José Montilla y Josep Lluís Carod Rovira; Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, y Ernest Benach, presidente del Parlament, así como los embajadores de Kuwait, Emiratos Árabes e Israel.

Tampoco quisieron perderse el primer clásico del curso mitos del deporte como el ex ciclista Eddy Merckx o Johan Cruyff, ahora seleccionador catalán. Tan solicitado y repleto estaba el palco, que algunos habituales se vieron obligados a ocupar zonas menos nobles del campo para presenciar un espectáculo que tuvo como preámbulo la tradicional comida de directivas.

Tres años después, Florentino Pérez compartía mesa con Joan Laporta y, sin llegar a la complicidad que el presidente azulgrana llegó a mostrar con el ex mandatario madridista Ramón Calderón, la cordialidad resultó patente. 'La gente se fija en nosotros y el fútbol es un juego que sirve para unir y no para desunir', aseveró Florentino.

Más incisivo que su homólogo y antes de coger los cubiertos, el presidente del Madrid reivindicó su empresarial visión del fútbol, inquebrantable incluso en el clásico. 'Con este partido, ninguno nos jugamos gran cosa en cuanto a puntos, pero sí seguir haciendo de esto el gran partido que genera afición en todo el mundo', afirmó Pérez.

'Son tres puntos que sirven para recuperar el liderato o para que el Madrid aumente su ventaja', pronosticó diplomático Laporta. Finalizado el partido, el presidente del Barça de pie, brazos al cielo y sonrisa amplia celebró el sufrido triunfo. A su izquierda, un asiento vacío. En cuanto el árbitro pitó, Florentino felicitó a su homólogo rival e hizo mutis. Y el palco se tiñó de azulgrana.

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