Ángel Di María, que se marchó del estadio Mané Garrincha entre lágrimas en el partido contra Bélgica, ha visto cómo una puerta a la esperanza se le ha abierto. Y es que ayer, el médico de la selección argentina confirmó que el jugador sufre una lesión menos grave de lo que en un principio se pensaba. Seguro que se perderá el duelo de semifinales del miércoles contra Holanda pero su mirada está puesta en la hipotética final, que se disputará el próximo domingo 13 de julio, y el Fideo está haciendo todo lo posible para estar en disposición de disputarla.

El jugador del Real Madrid sufre 'una lesión de grado uno en el recto anterior en el tercio medio del muslo derecho y no jugará contra Holanda', declaró el médico a periodistas. Se trata de 'una de las más leves entre las lesiones musculares', expresó el doctor Martínez al descartar el peor de los escenarios, pues se temía la baja definitiva del jugador por lo que resta de Mundial.

'No va a jugar en el partido próximo que le toca a Argentina ante Holanda. Luego, de acuerdo al resultado, se evaluará día a día', completó Martínez, que expresó que el desafío es recuperar a Di María 'lo antes posible'. Aun así, los plazos de recuperación de este tipo de lesiones suele de ser de al menos 7 días, por lo que el tiempo vuela.

Por eso, Di María se ha puesto en manos de los últimos avances en regeneración muscular y estos pasan por el tratamiento con células madre. Esto es posible, ya que el cuartel general de Argentina en Ciudad Do galo dispone de un laboratorio.

Mientras, con respecto al otro lesionado ilustre de la albiceleste, las noticias son mucho más positivas. Y es que Sergio Agüero, quien también había sufrido una lesión muscular de grado 1, 'ya está para jugar'. 'Ha hecho tres prácticas de fútbol. Contra Bélgica estuvo en el banco, esperemos que siga con esta excelente evolución', indicó el galeno.