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El enemigo invisible

El Madrid desperdicia la ocasión de golear al Bate Borisov (2-0), el peor equipo que ha pasado por el Bernabéu en las últimas ediciones de la Liga de Campeones. Gago se retira lesionado 

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Al Bate Borisov le tocó iniciar el juego. Hamer, el árbitro luxemburgués, tuvo que ordenarles que repitieran el saque. La repetición no fue mucho mejor para los bielorrusos. Lograron sacar como manda el reglamento, pero el balón acabó fuera de banda. En menos de diez segundos el Bernabéu y el Madrid se dieron cuenta de que no había rival. La posterior cascada de ocasiones corroboró que enfrente había un equipo sobrecogido por el escenario y su dueño. En los primeros seis minutos hubo un gol anulado a Van Nistelrooy, un mano a mano de Guti con el portero, dos disparos de Raúl y Van Nistelrooy que rozaron el palo y un par de jugadas claras que Robben no supo finalizar con corrección.

Los bielorrusos, que preguntaron en la previa por El Corte Inglés, se debieron dejar toda su atención en alguna de sus plantas. Cada pase entrelíneas era una sangría. Una medida de lo que es este Bate Borisov. Sin conceptos defensivos, sin intención alguna en cada una de sus demarcaciones, un guiñapo de equipo. Hasta el Madrid hizo un gol de estrategia elaborada. Robben le sacó raso un córner a Guti en la frontal, este controló, levantó la cabeza, pudo haberse encendido un puro en el impás, y asistió a Ramos, solo en el segundo palo. La defensa bielorrusa, probablemente seguía con la mente en la planta de caballeros o en la de deportes o a saber dónde. Hasta el minuto 38 no cometieron la primera falta...

En esa placidez, Guti, Van der Vaart y Robben se lucieron en la primera media hora. Tres zurdos de los siete que alineó ayer Schuster de inicio. El dibujo del Madrid es asimétrico y ofrece ventajas e inconvenientes. Guti y Van der Vaart parece que casan bien. Se entienden y se buscan. Hacen daño por su precisión para jugar por el medio. El problema que genera la presencia del centrocampista holandés por detrás de Van Nistelrooy es el desplazamiento de Raúl a la derecha. Allí el capitán es menos jugador. Ni puede aplicar su astucia, que es su mejor condición, ni tampoco desborda porque no tiene cualidades para ello. Juega de falso extremo, pero el resultado es que acaba como falso delantero: ni marca, ni tiene posibilidades de hacerlo.

Pese a tener al equipo invisible delante, el Madrid no coleccionó una goleada de escándalo. Eso irritó a la grada, sobre todo cuando apareció la desconexión general en el último cuarto de hora del primer tiempo. Para colmo, Gago, que daba fluidez al juego, se lesionó. Debió haber rapapolvo de Schuster en el descanso, porque en el segundo tiempo sí apareció un equipo más ambicioso y con ganas de matar el partido. Robben agujereó por la izquierda una y otra vez hasta que fue sustituido por Drenthe (otro zurdo). La sangría por esa banda acabó con la expulsión de Khagush. Este al menos hizo historia, aunque sea estadística.

El segundo gol del Madrid volvió a enseñar la endeblez defensiva del Bate. Otro pase a la espalda, del mismísimo Diarrá, lo recibió Raúl para quedarse solo ante Veremko. Raúl tiró a romper y el rechace lo cazó Van Nistelrooy. Los bielorrusos ni se inmutaron. Siguieron a lo suyo. Sin presionar, sin dar la más mínima señal de querer hacer daño. Se llevaron dos goles como se podían haber tragado ocho.

Tendrá pocos partidos el Real Madrid tan cómodos como este en toda la temporada. Un par de goles es una renta que el equipo de Bernd Schuster puede acabar por pagarla. Se presume un grupo igualado con el Juventus y el Zenit. Y los goles a favor pueden ser decisivos a última hora. Quizás los eche de menos.

Real Madrid 2: Casillas; Ramos, Cannavaro, Heinze, Marcelo; Gago (Diarra, m. 35); V. Vaart, Guti (Higuaín, m.67), Robben (Drenthe, m. 61); Raúl y Van Nistelrooy

Bate Borisov 0: Verenko; Khaush, Razhevski, Sosnovski, Yurevich; Sivakov, Likhtarovich (Volodko, m.58); Nekhaycnik, Kryvets, Stasevich (Zhavnerchik, m.46); y Mirchev

Goles: 1-0. M. 10. Robben saca un córner a la frontal del área para Guti y este asiste a Ramos para que marque a placer. 2-0 M. 57. Van Nistelrooy aprovecha un rechace tras disparo de Raúl.

Árbitro: Hamer (Luxemburgo). Expulsó a Khagush (m.62), por doble amarilla.

Santiago Bernabéu: 64.000 espectadores.

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