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España pierde con desgana

La selección, que sólo hizo dos puntos en el último cuarto con Turquía, pasa con una victoria y una derrota

GONZALO CABEZA

El de Turquía era un partido raro, anticlimático, de sensaciones extrañas. España llegaba con casi todos los deberes hechos y la cabeza se iba más al siguiente grupo que a lo que tocaba jugar en Panevezys. No pareció darse cuenta de que también era un día que podía dejar alguna consecuencia posterior en caso de derrota. Y, con esa actitud, lo normal es perder (57-65). Turquía, aunque no hubiese brillado mucho antes, no deja de ser la subcampeona del mundo.

La desgana mostrada genera inconvenientes para la segunda fase que España no debería de haber tenido. Ya no entrará con dos victorias, lo hará sólo con una. Ahora los partidos contra Francia, Serbia y Alemania tendrán una presión añadida. Hay que quedar entre los cuatro mejores del grupo para pasar y conseguir la mejor clasificación posible con el fin de evitar a los rivales más duros en cuartos.

Pocas conclusiones pueden sacarse del juego. Para empezar porque Scariolo reservó por precaución a Pau Gasol, con un leve esguince en el tobillo que no le impedirá jugar el miércoles contra Alemania. No se puede medir el nivel real de la selección sin su mejor jugador, lo normal es pensar que el partido ante los turcos, una derrota igualada, hubiese tenido un desenlace diferente de estar el pívot. Aun sin Pau, España tuvo pequeñas ventajas durante todo el encuentro, pero un catastrófico último cuarto dio la victoria a Turquía.

'Contra Lituania circuló muy bien la pelota. Hemos estado más lentos en todo'

Los de Scariolo se quedaron en dos míseros puntos en los últimos diez minutos y pasaron ocho sin anotar. Una pésima actuación con tiros forzados, posesiones sin sentido y pérdidas tontas, un parcial en el que España pareció un equipo menor pues ni siquiera Turquía mostró un acierto propio que explicase dejar a la selección en esas cotas de ridículo. Ese no es el nivel de España, ni siquiera el nivel de la España sin Pau. Es una casualidad, algo que no debería repetirse bajo ninguna circunstancia. Puede servir, y así debería de analizarlo el equipo, como un toque de atención. La selección se parece más a la máquina que despachó a Lituania que al esperpento del último cuarto contra Turquía, pero para ser una y no la otra se requiere un esfuerzo que España no hizo.

Fuera de la actitud, muy reprochable, fue evidente que el físico tampoco respondió. Después del derroche ante Lituania los jugadores, especialmente Navarro, parecieron cansados, lo que incitó aún más a bajar los brazos. A las lagunas mentales y físicas se refería Scariolo tras el encuentro: 'Nos ha faltado chispa a lo largo de todo el partido, se ha jugado al ritmo que quería Turquía'. Según el técnico faltó fluidez de balón y velocidad. 'Contra Lituania circuló muy bien la pelota. Hemos estado más lentos en todo', comentó el técnico.

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