No podrá decir que el club que le paga no le ha protegido. Pero pese a los esfuerzos del Barcelona por justificar su retraso, Samuel Etoo deberá dar una buena lista de razones para justificar su inverosímil retraso de 84 horas desde el momento en que finalizó la final de la Copa África de Naciones hasta la fecha definitiva de su aterrizaje en el aeropuerto del Prat. Fuentes del club, que en la mañana de ayer se mostraban confiadas en que el jugador aparecería por Barcelona a lo largo del día. Por la tarde, no obstante, ya explicaban que un problema en una conexión de un vuelo impediría su llegada hasta mañana por la mañana.

El caso está repleto de zonas oscuras: Tommy N'Kono, entrenador de porteros del Espanyol y compañero de expedición de Etoo y Kameni, explicaba ayer que no pudieron enlazar un vuelo vía Amsterdam. Los protagonistas de este retraso se escudaban en una recepción con el primer ministro de Camerún que tuvo lugar el lunes por la tarde para no haber partido rumbo a Europa después del partido.

Sin embargo, diversos futbolistas cameruneses sí pudieron tomar un vuelo rumbo a París en la misma noche del lunes, lo que convierte en sospechosa la ausencia de Etoo y Kameni.

La situación es más grave, si cabe, por el hecho de que el delantero se lesionó durante la final del domingo. Los servicios médicos del Barcelona llevan desde entonces insistiendo en que hasta que no le hagan pruebas no conocerán el alcance de su lesión.

Para añadir leña al fuego, se da la circunstancia de que el próximo compromiso liguero del Barça pasa por La Romareda, donde Etoo no ha jugado desde que en febrero de 2006 le dedicaron insultos racistas. Ese hecho ha disparado las especulaciones sober su azarosa odisea de regreso a Barcelona.