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El extraño caso de Silva

ELÍAS ISRAEL

David Silva entraba en todas las quinielas para ser titular en este Mundial. El imborrable recuerdo de la Eurocopa le colocaba como uno de los mejor situados en la parrilla de salida. El socio natural de Villa en el Valencia, el segundo jugador más imaginativo por detrás de Iniesta, tenía un hueco asegurado entre los 'jugones'.

A nadie extrañó verle entre los once elegidos que escucharon el primer himno contra Suiza. Sin embargo, aquella derrota cambió todos los planes de Vicente Del Bosque y la dinámica del Campeonato del Mundo para el equipo español. Cada partido se convirtió en una final. El típico partido para repartir minutos quedó en el limbo. El seleccionador iba a tener que bregar con la tensión mundialista, el tedio de una larga concentración y las caras largas de esos futbolistas que no jugarán un solo minuto en Suráfrica. El doble pivote es innegociable para el que manda.

La cabeza de turco del fatídico resultado ante Suiza ha sido Silva

Silva se convirtió, sin haberlo previsto Del Bosque, en la cabeza de turco de aquel fatídico resultado. Pasó de titular al ostracismo. Seguramente, tuvo mucho que ver el cierre de la operación con el Manchester City, equipo con el que ha sellado su acuerdo en pleno Mundial. El año pasado, las piernas de Villa estuvieron en Suráfrica durante la Copa Confederaciones, pero su cabeza estaba en España, entre Barcelona, Madrid y Valencia. El técnico no quería que volviese a ocurrir.

El mal papel de Torres en este Mundial puede devolverle la titularidad en la semifinal contra Alemania. Parece una paradoja del destino no darle su lugar al 'Niño' ante el rival que le convirtió en héroe del fútbol español hace dos años en la final de Viena, aunque sólo fuese por el efecto intimidatorio. Nada festejaría más el grupo que un gol de Torres, después de la celebrada parada de Casillas. Del Bosque sólo piensa en ganar la batalla del centro del campo frente a la Alemania más exuberante que uno recuerda. Si se trata de medir talento, no hay quien nos tosa. Silva, relegado en el banquillo, puede ser la llave que abra de par en par las puertas del mayor sueño de nuestra historia.

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