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El extraño gen del talento

La genética no garantiza que los hijos de los grandes futbolistas hereden la calidad de sus padres

LADISLAO JAVIER MOÑINO

En cinco meses aproximadamente, el Kun Agüero y Giannina Maradona tendrán un hijo. El vástago será fruto del cruce genético de dos apellidos que corresponden a dos genios del fútbol. ¿Podría nacer un superfutbolista? ¿Es posible que el niño herede la arrancada explosiva del Kun, su naturalidad ante el gol y la superdotación técnica de Maradona? “Si Sergio y Gianinna llegaran a tener un hijo, ficharé al crío el mismo día de su nacimiento”, bromeó el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, cuando se enteró de la futura paternidad de su estrella.

La estadística y la historia dicen que la genética no garantiza en el fútbol la herencia del talento, así que Cerezo no ficharía un supercrack prematuro apellidado Agüero Maradona por ser hijo y nieto de quién es. Sin embargo, sí se dan casos de hijos de futbolistas menos talentosos que son superados por sus hijos o juegan en posiciones más brillantes, como son los casos, por ejemplo, de Xabi Alonso, Busquets o el hijo de Mazinho.

De las cuatro coronas que se atribuyen en el fútbol mundial, Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona, ninguna dio un heredero directo que alcanzara el nivel de sus progenitores. El porqué parece un misterio en el que se mezclan la genética, la psicología y el hábitat en el que se desarrollan las vidas de los herederos. “Mi carrera de jugador comenzó con la presión del mundo entero, siendo famoso sin haber hecho nada y con una responsabilidad muy grande, para la que no estaba preparado”, argumentaba Edinho, hijo de Pelé, para explicar su fracaso como futbolista. Jugó en el Santos como su padre, pero no hizo carrera. Para colmo, el hijo de 0 Rei salió portero.

Mítica es la frase del propio Pelé cuando le preguntaron si algún día el mundo contemplaría a un jugador como él: “Nunca habrá otro Pelé. Mi padre y mi madre cerraron la fábrica y rompieron el molde. Soy único e irrepetible”.

Recientemente en Inglaterra se reveló que un club de fútbol se había puesto en contacto con un Henning Wackerhage, de la escuela de ciencia médica de la Universidad de Aberdeen (Escocia), para saber si es posible someter a jugadores a un examen que permita descubrir si tienen una predisposición genética para llegar a ser primeras figuras mundiales.

“Que Agüero tenga un hijo con una descendiente de Maradona no garantiza que vaya a ser un futbolista de primer nivel. En genética hay estudios sobre el gen alfa-actinina, pero están encaminados a una cualidad concreta como es la velocidad. Tampoco se puede ofrecer una explicación para casos contrarios, como el de Xabi Alonso, que puede tener mejores condiciones que su padre”, dice José Luis Serratosa, jefe de los servicios médicos del Real Madrid. ¿El talento? El talento y su máxima expresión en el deporte de alto nivel no es sólo cuestión de la presencia de un gen, sino de un grupo de genes y de su interacción entre ellos”, prosigue Serratosa.

Desde el punto de vista de la psicología, también existen explicaciones a la no existencia del hijo de un crack mundial que, al menos, igualara el nivel del padre. “No hay nada rotundo, pero sí un factor de necesidad que es muy importante. Por ejemplo, un hijo de Ronaldinho o de Maradona no nace en el mismo entorno socioeconómico. Ronaldinho y todos los grandes jugadores de Suramérica suelen venir de estratos sociales desfavorecidos y llegar arriba a través del fútbol es su salida”, explica Patricia Ramírez, especialista en psicología deportiva dirigida a deportistas de élite.

“También los padres pueden apartar al hijo de su propia actividad porque saben de la dureza del fútbol, de lo que cuesta llegar y no quieren que sus hijos pasen por esos tragos. Incluso, al estar relacionado el mundo del futbolista de élite con familias de gran poder adquisitivo y un nivel cultural elevado, prefieren que sus hijos estudien para poder desenvolverse en esos ambientes”, expone Patricia Ramírez. Para ella, incluso hay otro factor clave: “Ese punto de más en el talento que hace que los crack marquen grandes diferencias con el resto, no es común y es difícil que se repita en un padre y en un hijo”. Sobre el caso contrario, la doctora Ramírez sí habla de la importancia de la genética y la psicología por igual: “Xabi Alonso heredó unas condiciones físicas que le permiten ser futbolista. Un hijo de un levantador de pesas, es difícil que pueda serlo. También existe una complicidad con el padre, que le inculca una cultura acorde con ese deporte y no se desenvuelve en el mismo nivel de presión que el hijo de un crack”.

En la misma línea apunta Pablo del Río, psicólogo del Consejo Superior de Deportes: “Ni siquiera que haya una genética extraordinaria garantiza que el hijo pueda ser una estrella del fútbol. Depende de las condiciones ambientales en las que se desarrolle esa genética. Es imposible tener una respuesta científica a por qué los grandes jugadores de la historia no han tenido descendientes de su nivel. Hay muchos factores que pueden confluir”.

“A mí me afectó muchísimo ser el hijo de Johan Cruyff, porque tú mismo sabes que no vas a llegar a ese nivel. Además, mi caso fue extremo, porque mi padre era mi entrenador y hubo gente que le atacó utilizándome a mí”, comenta Jordi Cruyff. Desmarcarse del apellido de su padre le fue casi imposible: “Manejar eso con 17 o 18 años es muy complicado. También compruebas que el resto de compañeros no tienen esa presión añadida”, asevera el hijo de El Flaco.

A la inversa, el caso más reciente es el de Sergio Busquets. Pero hay más. “Que mi hijo tenga más técnica que yo o que juegue en una posición más adelantada es difícil saberlo. Creo que tiene que ver con los gustos y las propias características que él tiene”, afirma Mazinho, padre del jugador del Barça Thiago.

“Para mí, que no haya un hijo de un jugador que ganó el Balón de Oro, de Di Stéfano, Pelé o Maradona es casualidad. El niño que tenga Agüero lo mismo le sale cantante”, comenta Míchel, el ex jugador del Real Madrid. “Yo tengo dos hijos y uno se ha dedicado al fútbol y otro no, sin más”. Tampoco cree Míchel que la condición socioeconómica condicionen que un hijo mejore a su padre: “Sanchís padre, por ejemplo, era una de las referencias del fútbol español y su hijo también lo fue. No creo que Cesare Maldini le diera peores condiciones de vida a su hijo que las que él tuvo. Y, sin embargo, entre muchas de las virtudes de Paolo, está la entrega”.

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