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Los extremos hacen la luz ante Egipto

Rivera y Rocas fraguan una sufrida victoria ante la selección africana que acerca a España a los octavos de final del Mundial de balonmano (24-29)

JORGE YUSTA

La selección española de balonmano superó, no sin dificultad, a Egipto en el segundo partido del campeonato del mundo que se disputa en España (24-29). Segunda victoria, tras la inicial ante Argelia, que le mantiene como segunda del grupo D, tras Croacia, que se impuso anteriormente a Argelia, y que le acerca a los octavos de final. Carente de la frescura que mostró en el partido inicial, España tuvo que tirar de oficio y casta para superar a un correoso rival que nunca dio su brazo a torcer.

Les costó entrar en el partido a los hombres de Valero Rivera, que vieron como los 'faraones' anotaban los dos primeros tantos en los primeros compases. El pivote Julen Aguinagalde evitaba que Egipto abriera brecha en los minutos iniciales con dos goles respondiendo a los ataques de los africanos, que encontraron al lateral Mostafa en su hombre más inspirado. 

A base de casta, como la que demostró Jorge Maqueda, los españoles consiguieron empatar el encuentro. Corría el minuto 7 (4-4). Pero los locales seguían contagiados del ritmo que quería imponer Egipto, que en excesivas ocasiones coqueteó con el juego pasivo. Y de nuevo Maqueda, lateral del Nantes francés, puso el nervio necesario para darle la vuelta en el marcador en el minuto 12 de encuentro (5-6).

A partir de ahí comenzaron los mejores minutos de España, que se soltó y comenzó a organizar transiciones más rápidas que cogían desprevenida a la defensa egipcia. Y sobre todo fueron los momentos del extremo Valero Rivera, el hijo del seleccionador. Sus tres goles seguidos dieron un nuevo aire al choque y encontraban en la banda izquierda uno de los pocos puntos débiles que había mostrado Egipto hasta el momento.

España encadenó, a partir del minuto 18, cinco goles consecutivos que se antojaban definitivos de cara al resultado final (8-14). Los mejores síntomas en ataque coincidían con una mayor intensidad en defensa. El 6-0 comenzó a funcionar y los egipcios se vieron cerrados tanto por el centro como por las bandas. A lo que se sumó las paradas de Arpad Sterbik, que esta tarde sustituyó a Sierra, y que hasta el minuto 13 no pudo detener ninguna de las embestidas egipcias.  

Rivera remató su recital en la primera parte con un tanto desde los siete metros a falta de cuatro minutos para el descanso, al que se llegó con cinco goles de ventaja para los españoles (11-16) tras un último gol del 'gigante' Montoro y pese a las exclusiones que sufrió el combinado nacional, mucho más castigado por los árbitros que Egipto.

Esa diferencia se mantuvo hasta casi la mitad de la segunda parte.  Egipto intentaba acercarse en el marcador por medio de Mostafa y Zein pero contrarrestaba España con los goles de Entrerríos, Cañellas y Tomás. El ambiente volvió a relajarse a medida que iban pasando los minutos y Egipto cerraba su defensa. Los africanos encadenaron un parcial de 4-0 que les acercaba a solo tres goles de España a falta de poco más de diez minutos para el final (20-23). Se lo creían los 'faraones'.

Valero Rivera necesitó pedir tiempo muerto para aclarar las ideas de sus pupilos, que habían encadenado demasiados ataques precipitados y con tiros lejanos sin ningún peligro para los dominios del portero egipcio. Les vino bien la charla y España volvió a salir enchufada para cerrar de una vez por todas el choque. Y ahí apareció otro de los extremos de la selección, Albert Rocas.

El veterano jugador del Barça se echó el equipo a la espalda y anotó cuatro goles en menos de diez minutos que dejaron definitivamente noqueados a los egipcios. Con un 21-29 en el luminoso a falta de dos minutos para la conclusión España había logrado sellar una victoria muy sufrida. De ahí hasta el final Egipto maquilló el marcador hasta el 24-29 definitivo.

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