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Dos faros croatas para iluminar el Bernabéu

DAVID MIRANDA

Novecientos cuarenta y cinco kilómetros -mil ciento uno si va en coche- separan las ciudades de Zadar y Möhlin. Una distancia que, sin embargo, no ha impedido a Luka Modric e Ivan Rakitic compartir vestuario en la selección croata. Juntos, según su seleccionador Niko Kovac, son como Andrea Pirlo, el genial centrocampista italiano. Este sábado, por separado, serán los faros que intentarán poner luz a los juegos de Real Madrid y Barcelona sobre el tapete del Santiago Bernabéu para tratar de asestar el primer golpe al eterno rival.

La medular es su hábitat natural. Allí pasan, crean y organizan; pero también presionan, roban y cortan. Son los ejes sobre los que pivotan sus compañeros y su presencia en el once es incuestionable para cualquier partido importante. Su calidad está fuera de toda duda y, debido a la marcha de Xabi Alonso de Madrid y la progresiva reducción de minutos de Xavi en Barcelona, fruto del inexorable paso del tiempo, Modric y Rakitic serán los encargados de manejar el timón de los dos trasatlánticos del fútbol español y mundial.

En su tercera temporada defendiendo la elástica blanca, Luka es ya un fijo en el esquema de Ancelotti, como ya lo fue en la última etapa de José Mourinho. Pero no todo ha sido de color de rosa desde su llegada. Su tardía incorporación al equipo en el mercado estival del 2012 y el no haber tenido pretemporada al declararse en rebeldía en el Tottenham inglés, para forzar su salida, provocó un irregular arranque de campaña, propiciando que en los albores de su etapa madridista surgiesen dudas sobre la necesidad de su llegada -y su fuerte desembolso, unos 35 millones de euros más variables- a un centro del campo donde la pareja formada por Xabi Alonso y Kedhira había conducido al Real Madrid a firmar la Liga de los récords apenas unos meses antes.

La marcha de Xabi Alonso ha propiciado que Modric haya adquirido más galonesPero el paso de las jornadas fue disipando cualquier cuestión sobre su rendimiento y en febrero llegó su consagración, gracias a su gol en Old Trafford que permitió a los suyos doblegar finalmente al Manchester United. El croata acabó la temporada como titular indiscutible. La pasada campaña Ancelotti no dudó en confiar en Luka y este respondió de la mejor forma posible. Acabó la temporada siendo uno de los jugadores de campo que más minutos disputó, en los que logró dos goles y una decena de asistencias. La última de ellas a Sergio Ramos en la final de Lisboa frente al Atlético de Madrid. El 19 blanco fue el encargado de ejecutar el saque de esquina que el central cabeceó al fondo de la red para forzar la prórroga y, finalmente, levantar la ansiada Décima madridista.

Esta temporada, la marcha de Xabi Alonso ha propiciado que Modric haya adquirido más galones en la sala de máquinas merengue y, junto a Toni Kroos, es el encargado de organizar el juego del equipo. El técnico italiano no ha perdido ni un ápice de su confianza en el medio croata, quien ya suma 596 minutos esta temporada en Liga en siete partidos -descansó ante el Elche-, donde ha anotado un gol, ante el Villareal, y ha repartido dos asistencias.

La adaptación de Ivan Rakitic al FC Barcelona, por su parte, ha sido magistral. Llegado del Sevilla, el de Möhlin tenía, a sus 26 años, el reto más grande de su vida deportiva al enrolarse en las filas del conjunto azulgrana. Su aterrizaje en la Ciudad Condal se debió a su magnífica temporada en el club de Nervión. Allí comenzó su andadura en la Liga BBVA, cuando en enero de 2011 abandonó el Schalke 04, donde compartía vestuario con Raúl González. Rápidamente entró en los esquemas de Gregorio Manzano y, tras su marcha, permaneció siendo un fijo en los onces de Unay Emery.

La pasada temporada, ya con el brazalete de capitán tras la marcha de Palop, Jesús Navas y Negredo, Rakitic firmó su mejor registro goleador al anotar 15 tantos, 12 de ellos en la Liga, además de dar diez asistencias de gol. Fue uno de los principales responsables de que el Sevilla se alzase con su tercera Europa League, en Turín ante el Benfica. En Barcelona ha tenido que variar su estilo de juego y adoptar un nuevo rol menos ofensivo, algo que ha aceptado a la perfección.

Acostumbrado a las transiciones rápidas, a un juego más vertical, a las llegadas desde segunda línea y a los pases largos en su etapa sevillista, Rakitic ahora es un jugador más pausado, con mayor participación en las labores defensivas y que ha asumido los hábitos de juego de Luis Enrique. No obstante, lidera el ránking de pases del Barcelona con 511, algo que refleja su impacto en el juego blaugrana. El técnico asturiano ya ha resaltado en más de una ocasión la importancia de Ivan en sus esquemas y ante el Real Madrid tendrá su primera prueba de fuego con la escuadra catalana.

Así, los Andrea Pirlo de Croacia se citarán este sábado, comandando dos estilos radicalmente opuestos, pero que ambos son capaces de ejecutar a la perfección. Y mientras todos los focos apunten a Cristiano Ronaldo, Messi, Benzema o Neymar, sobre el tapete serán ellos los faros que alumbren al Real Madrid y al Barcelona en el primer clásico de la temporada.   

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