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La Federación de Peñas del Deportivo vendió 100 entradas a los Riazor Blues

AGENCIAS

Una de las líneas de investigación abiertas, tal y como ha anunciado el secretario de Estado de Seguridad tras la reunión de la comisión antiviolencia, se centra en intentar localizar un paquete de entradas que se escapó a los cauces habituales y al control de la Policía y que fueron a parar a manos de los Riazor Blues, el grupo ultra al que pertenecía el fallecido este domingo en las inmediaciones del Vicente Calderón.

Según fuentes policiales, la Federación de Peñas del Deportivo de la Coruña vendió unas cien entradas a ultras del Riazor Blues. Así lo han indicado a Efe fuentes policiales, en relación a la investigación abierta tras la muerte ayer de Francisco Romero Taboada, alias Jimmy, en la macroreyerta contra miembros del Frente Atlético. 

La Policía también fue alertada por el director de Seguridad del Deportivo de A Coruña de que 'al menos' un autobús de los Riazor Blues viajaba a Madrid. Desde el club han rechazado que se les vendiese las entradas, pero han precisado que, al tener conocimiento de que se desplazarían a la capital española, avisaron a la Policía. De la investigación también se ha desprendido que ese autobús fue contratado a una empresa en Lugo, para eludir ser localizado por las autoridades.

Desde el club, cuyos jugadores han hecho un parón durante el entrenamiento en Abegondo (A Coruña), han vuelto a reiterar su condena a este tipo de actos y han lamentado también la muerte de una persona. Preguntados sobre si el club prepara algún acto o adoptará alguna decisión tras lo acontecido este domingo, han manifestado que esta cuestión se analizará 'cuando se reúna el consejo de administración'. Esta reunión se producirá, no obstante, 'en cuanto sea posible', teniendo en cuenta, además, según han precisado, que este miércoles el Deportivo juega en la ciudad herculina contra el Málaga.

Los locales próximos al Estadio de Riazor, donde se suelen reunir los Riazor Blues, permanecían cerrados este lunes y en los que estaban abiertos, los clientes evitaban hacer declaraciones. 'Ya bastante tenemos', ha asegurado a Europa Press una de las personas que se encontraba en uno de ellos. 'Que hable la Policía', ha apostillado.

Este mismo hermetismo se vivía en la zona donde residía el fallecido, en el centro de la ciudad, próxima a la plaza de María Pita. Algunos vecinos aseguraban que solo veían a la víctima por la calle, a veces con su hijo de 4 años -fruto de su segunda pareja- en una plaza próxima, pero que no llegaron a hablar nunca con él.

Otros, por el contrario, lo han calificado como una persona 'conflictiva'. 'Le gustaba la bronca', ha señalado una de las pocas residentes en la zona que ha querido hacer declaraciones y que, incluso, ha asegurado que llegó a sufrir 'agresiones verbales' por parte del fallecido.

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