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Feliciano hace de Nadal

Tras la inapelable derrota de David Ferrer frente a Nalbandian, López remontó el primer set a Del Potro, que acabó lesionado. El toledano se calzó el traje de salvador y pone a España 1-1 en la serie contra Argentin

FEDERICO PEÑA

No era el líder, pero ante la dimisión de Ferrer, toda la responsabilidad recayó sobre él. Y no defraudó. Feliciano fue Rafa Nadal por un día. Puño cerrado, el grito afiebrado en la boca, la mirada poseída mirando al banquillo, el toledano se calzó el traje de héroe y líder para plantar cara a Argentina y discutirle una serie final que todos creían decidida. Venció de forma indiscutible a Juan Martín Del Potro por 4-6 7-6 (7-2) 7-6 (7-4) y 6-3.

Parecía que Argentina barrería a España. La primera jornada de la final de la Davis empezó a escribirse como la crónica de un 2-0 anunciado cuando Nalbandian arrasó a Ferrer. Pero llegó Feliciano para ponerle pimienta a la serie. Fuera de los favoritismos, el enfrentamiento fue todo lo que se espera de una final de Davis: buen tenis y emoción.

Feliciano tuvo calidad, derrochó garra y jugó al ajedrez con la cabeza y el cansancio de su rival. El toledano llegaba al partido con el tandilense con dos victorias y cuatro derrotas por Copa Davis. Durante los entrenamientos, cuando los partidos se sueñan, confesó “ojalá yo pudiera ser el héroe de esta eliminatoria y volver a España a hombros”.

Si la serie con Argentina no está herida de muerte, es gracias a él. La baja de Nadal y la caída estrepitosa de Ferrer frente a Nalbandian (por 6-3, 6-2 y 6-3) lo colocaron en el lugar de salvador. Pero para él, fue sacarse de encima el historial de fallar en los momentos claves. El aguerrido triunfo contra Del Potro, donde se mostró más entero que el argentino, supone la coronación de un gran año para él.

López convenció a todos y se convenció a sí mismo. En el terreno taquicárdico del tie-break, no le falló el pulso. Tras perder el primer set, se llevó las dos mangas siguientes por la mínima. Aunque en inferioridad, el grito de los españoles se impuso y el rojo se volvió fuego. A fuerza de buenos saques y voleas, Feliciano fue un incordio para Del Potro, que nunca se sintió cómodo en pista. Visiblemente cansado, Delpo fue forzado a agachar su gigante 1,98 metros para levantar los slices de Feliciano. Nunca jugó cómodo.

Por la mañana el rey fue Nalbandian. Con su papel de líder en la mente, salió a matar a Ferrer ni bien comenzó el primer partido de la serie. El español consiguió salvar el primer juego a golpe de garra, pero se ahogó en lo que sería la tónica del partido: él fue el ratón y Nalbandian, el gato. No hubo emoción. El cordobés no le dio respiro. Jugó profundo a la paralela y cruzado, desmoralizando al alicantino, que nunca ofreció oposición. Sacó bien, defendió cuando debió, y atacó casi siempre. En realidad fue un monólogo del argentino, que en el primer set quebró dos veces el servicio de su rival, que hizo lo propio una vez. Sería la única.

Nalbandian generó y aprovechó cada una de sus oportunidades. Ferrer apenas pudo con su juego como para suponer un riesgo. El de Jávea puede recuperarse. Le tocará un Del Potro que jugó cansado contra Feliciano y que quedó extenuado tras cuatro mangas. España, que firmaba y pagaba un 1-1 en la primera jornada según confesó Ferrer, cerró el festejo del día. Ahora, toda la presión es de Argentina. La incógnita es si el capitán argentino, Mancini, incluye a Nalbandian en el doble.

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