Raúl, a diferencia del coronel de García Márquez, sí tiene quien le escriba. Decenas de aficionados recibieron en el aeropuerto de Manises al icono del madridismo. Regresaba por primera vez a España con el Schalke. '¡Raúl, artista, siempre madridista!', corearon algunos. 'Estoy contento con el recibimiento, la gente me demostró muchísimo cariño', se apresuró a decir después, en una sala de prensa de Mestalla abarrotada. Fuera, cientos de aficionados alemanes ingerían las primeras cervezas.

La Bundesliga es otra cosa. Para Raúl, nada que ver con la española. 'Es mucho más competitiva'. Y se explicó: 'En Alemania, el último puede ganar al primero tranquilamente; es una liga más física, pero me estoy divirtiendo'. Así saltará hoy a Mestalla, a divertirse sufriendo, porque Raúl no se toma a broma ni los entrenamientos. No sabe. 'Tenemos que hacer 180 minutos de gran concentración', dijo refiriéndose ya a la eliminatoria contra el Valencia. Una eliminatoria 'igualada' que se decidirá, dijo, 'por pequeños detalles'.

Tantos meses fuera de casa convierten el encuentro de Mestalla en 'un partido especial'. El tipo de enfrentamientos que a Rául siempre le han estimulado: el gen competitivo le puede. 'Estoy deseando jugar', sobre todo en un campo con 'gran ambiente' y ante un equipo 'muy compacto, con gente arriba de mucha calidad'. Como Soldado: 'Un gran jugador, que en el Real Madrid no tuvo tantas oportunidades'.

Al igual que Emery, Raúl también piensa que Madrid y Barcelona son 'los dos equipos más fuertes' para ganar la Champions, sin descartar a Chelsea y Manchester United. Y como Mestalla siempre se le ha dado bien, confía en pasar la eliminatoria. Como los cientos de aficionados germanos que siguieron después el entrenamiento. En sus camisetas se leía: 'Los aficionados del Schalke saludan a Valencia'. Los de Mestalla ya lo habían hecho antes. Raúl, en el Twitter, daba de nuevo las gracias.