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Florentino Pérez fulmina a Ancelotti

El presidente del Madrid anuncia el despido del entrenador, tras dos temporadas, tras una Champions y un año sin grandes títulos. "Tenemos el convencimiento de que es el momento de dar un nuevo impulso", defiende

Florentino Pérez, durante su comparecencia en el Bernabéu. REUTERS/Susana Vera

Un par de gestos e instrucciones a los jugadores, algún que otro plano de tapadillo y un efusivo abrazo con el presidente. También gritos de sus pupilos al son de "¡Carletto baja la ceja!" y un plano de Ancelotti levantando la ansiada Décima en la Cibeles. Todo hace un año era felicidad, mimos, elogios y una balsa de aceite en el Madrid para el italiano. Lo muestra un vídeo conmemorativo en la web blanca. Hoy no le esperan ni los brazos ni los ánimos de Florentino Pérez, sino todo lo contrario. El presidente del Madrid ha anunciado la decisión, que ya era pública desde hacía días, de despedir al entrenador sólo un día después del aniversario de la consecución de la Copa de Europa.

A Florentino se le ha agotado la luna de miel con Carletto. La temporada sin grandes títulos -sin contar Supercopa de Europa o Mundial de Clubes- ha sido una infidelidad imperdonable para el mandatario después de una primera campaña sobresaliente. Se le olvida -quizás intencionadamente- que tampoco su apreciado Mourinho logró más que una Copa del Rey en su primera temporada, aunque siempre se agarre a que de esa manera comenzó a desestabilizar el reinado del Barça de Guardiola.

"En el Madrid la exigencia es máxima y tenemos el convencimiento de que es el momento de dar un nuevo impulso que nos permita conseguir nuevos títulos y nuestro máximo nivel competitivo", ha sido la única excusa que ha acertado a dar el mandatario en una brevísima comparecencia en la que, con un semblante profundamente serio, apenas ha dado explicaciones.

 

Florentino se ha reunido con el entrenador en la tarde de hoy, antes de la rueda de prensa. En dicho acto le ha comunicado oficialmente lo que ya sabía desde hacía horas por filtraciones. "Ancelotti es un caballero y lo ha entendido todo perfectamente", ha afirmado el presidente.

De poco ha valido la posición en contra de una mayoría de socios y aficionados. O que pesos pesados del vestuario, como Cristiano Ronaldo o James, pidieran a las claras en los últimos días la continuidad de Carletto. De hecho, puede que hasta haya jugado en contra del técnico su buen feeling con los jugadores. "Se ha ganado el cariño de la Junta, el mío y el de toda la afición. Ha sido una decisión muy difícil, pero no hemos venido para tomar decisiones fáciles, sino las que creemos que son las mejores", se ha defendido.

Florentino Pérez, durante su comparecencia. REUTERS/Susana Vera

El transalpino es el noveno técnico que Pérez engulle en sus once ejercicios al frente de la nave blanca. "Es un puesto en el que se sufre deterioro", ha asegurado para justificar lo injustificable: su dispendio en entrenadores y jugadores sin una clara estrategia deportiva. Olvida los malabares que ha tenido que hacer Ancelotti por su disparatada política de fichajes. "He sido incapaz en mi vida de decirle a un entrenador que alinee a un jugador", ha sostenido para negar su evidente intervencionismo. Y eso que Ancelotti era un hombre de club. Mucho más que Mourinho, aunque éste siempre tuvo una excelente relación con el presidente pese a su tendencia a crear incendios innecesarios.

El que siga al italiano ya sabe que tiene por delante el reto, no sólo de la excelencia deportiva de la que siempre alardea Pérez, sino de lograr un vestuario unido como el de ahora. Algo complicado si se trata de Rafa Benítez, el mejor colocado según todas las quinielas. No será hasta la semana próxima cuando el Madrid anuncie el nombre y los apellidos del nuevo inquilino del banquillo. "Sería muy bueno que hablara castellano", ha deslizado el presidente. Todo apunta, por tanto, al entrenador del Nápoles, aunque también se habla de Unai Emery.

El vídeo En el corazón de la Décima que se puede ver en la web del Madrid es el único rastro institucional que quedará dentro de unos días del paso del afable transalpino por Concha Espina. Quién quiera divisar su ceja levantada a partir de ahora deberá hacerlo entre la capital y Canadá, lugares donde pretende tomarse un año sabático, tras operarse de las cervicales.

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