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La fuente que dejó de manar

España lleva desde 2000 sin meter una jugadora en semifinales de Grand Slam

GONZALO CABEZA

Sharapova y Kvitova serán finalistas en Wimbledon. Ayer ganaron a Lisicki y a Azarenka respectivamente. En España se observa desde la lejanía, como si una disciplina que antes hacía vibrar fuese una cuestión distante. Desde el año 2000 ninguna jugadora nacional ha llegado a la penúltima ronda de un grande. En aquel año se consiguió dos veces, Conchita Martínez en Australia y Arantxa Sánchez-Vicario en Roland Garros. Ellas son las dos raquetas que marcaron un deporte que ha dejado de manar éxitos. El contraste con el tenis masculino es enorme.

'Hay cinco jugadoras en el top-100, tenemos un buen nivel medio, pero no lo suficiente para sobresalir en Grand Slam. Es cíclico, volverá a haber campeonas', comenta Virginia Ruano, la más brillante de las seguidoras de Arantxa y Conchita. Ha ganado diez grandes en dobles, dos platas olímpicas y ha llegado a ser cuartofinalista en individual en Australia y Roland Garros. Ella también se ha retirado.

'Hubo unos años en los que no se trabajó bien la cantera. Ahora se vuelve a mirar eso, hay más torneos y las jugadoras no tienen que marcharse de España. Empiezan a salir nombres como Silvia Soler y Lara Arruabarrena, pero la imagen actual es consecuencia de aquellos años', valora la exjugadora.

Arruabarrena nació en 1992, aún le queda camino por delante. Junto a ella debe dar un paso adelante Carla Suárez, que con 23 años ya ha sido cuartofinalista en Australia y en Roland Garros. Le falta regularidad y le sobran lesiones. María José Martínez, la última en caer en Wimbledon este año, y Anabel Medina suelen ganar algún torneo cada temporada, pero no pueden competir en los grandes.

Las españolas tienen otra desventaja añadida: el físico. 'Las jugadoras del Este son más altas y se las ha enseñado a jugar muy plano, muy rápido, con un juego un poco robotizado. En España se ha hecho de otra manera, un tenis más imaginativo pero insuficiente contra esa velocidad de bola', dice Ruano.

Manolo Zamora creó el año pasado una web sobre tenis femenino que se dedica a organizar torneos en España y cuidar la base. También él ve el problema añadido del físico. 'Las chicas del Este han cambiado el tenis, son más rápidas y veloces, pegan plano, la mayoría aprendieron en la academia de Bolletieri. En España se juega más liftado y las jugadoras no tienen velocidad para recuperar bolas tan rápidas', comenta Zamora, que ve un problema de base. No es optimista con el futuro cercano: 'Estamos carentes de talento, se está trabajando bien, pero tardará'.

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