Público
Público

"Tengo ganas de vivir otro mundo"

Mejor jugador de la Copa, líder del DKV Joventut, su futuro inmediato se vislumbra en Portland, equipo que tiene sus derechos en la NBA

NOELIA ROMÁN

Despojado de toda euforia, dos días después de haber sido proclamado el mejor jugador de la Copa, Rudy Fernández (Palma de Mallorca, 1985) reflexiona sobre su presente pero, sobre todo, sobre su futuro. Viste una sudadera de los Blazers. Quizá es síntoma de algo.

¿Ha bajado ya de la nube?

Un éxito así no se puede olvidar, siempre lo tienes un poco presente. Pero no hay tiempo para muchas celebraciones: el partido del sábado que es importante para seguir aspirando a ser primeros en la liga..

¿Es la Copa el título más emocionante que ha ganado?

Como equipo, sí. No tiene nada que ver con conseguir una Copa Fiba o una Lliga catalana. Ha sido un gran campeonato, algo que llevaba buscando desde que llegué aquí.

En la final, anotó 32 puntos. ¿Siente que no tiene límites?

Hay momentos en que, al ser yo el capitán y el líder del este Joventut, no sé si ponerme el equipo a la espalda, pero pienso en dar una buena ayuda para poder conseguir títulos como éste. Nos lo merecimos desde el primer partido porque tenemos un equipo increíble.

Quería un título antes de irse. Lo tiene. ¿Ahora, qué?

Sigo siendo muy ambicioso y me gustaría sumar más títulos. Es complicado, pero estamos con confianza y debemos seguir aspirando a lo máximo.

¿Este título compensa no jugar aún en la NBA?

Este título compensa muchos años. Este verano, se habló mucho de mí, de que no seguiría aquí, pero, al final, entre todos decidimos seguir un año más e intentar hacer más grande a la Penya. Estoy contento porque lo estamos haciendo.

¿Aíto fue decisivo para que tomase esa decisión?

Parte de esa decisión fue gracias a la conversación que tuve con él. Además, se juntaron muchas cosas, el club hizo un gran esfuerzo para retenerme un año y por eso estoy aquí.

¿Se ha planteado retrasar más su marcha a la NBA?

Si soy sincero, ahora no pienso en eso. Tengo presente que estoy en la Penya, que queda aún la mitad de la temporada y que tengo que seguir disfrutando de lo que estoy haciendo aquí. Es cierto que quiero estar en Estados Unidos lo antes posible, pero también sabemos que en el verano puede pasar cualquier cosa, como sucedió con Navarro: hasta el último momento no supo a dónde iba.

¿Qué le haría quedarse?

Me propuse jugar la Euroliga y lo hicimos, ganar un título y lo tenemos. Lo tengo todo para quedarme y estoy contento, pero tengo ganas de vivir otro mundo que es Estados Unidos.

¿Un título ACB sería suficiente para retenerle?

No tengo que ganar la ACB para plantearme quedarme aquí. Estoy muy a gusto, se dan todas las condiciones para que me quede, pero una parte de mí sabe que tengo que seguir adelante y vivir otros retos; uno de ellos es irme.

Cuando ve a Navarro, ¿siente envidia sana?

Por supuesto que sí, pero también sé que él ha vivido mucho en la ACB, que se fue para allá con 27 años y ahora lo está haciendo bien. Pau se fue joven, Calderón y Jorge también se habían formado aquí y ahora están demostrando que pueden tener minutos en la NBA.

¿La situación de Sergio Rodríguez le inquieta?

Sí, me incomoda un poco porque no está teniendo muchos minutos y ya lleva dos años. Lo raro es que, cuando juega, está a un buen nivel. Pienso en ello a veces, pero intento no hacerlo demasiado.Cuando llegue el momento, ya decidiré.

Portland tiene varios jugadores en su posición. ¿Supone eso un condicionante?

Es una decisión muy importante en mi carrera y tengo que tenerlo todo muy controlado: quién hay en mi posición, quién es el entrenador, quién te puede dar más minutos, quién no... Es lo más importante para poder dar ese salto.

¿Qué tiene la NBA para que siga atrayendo tanto?

Tiene a los mejores jugadores del mundo, aunque yo no sabría decir por qué voy a ir. Es el gusanillo que has tenido desde pequeño, el hecho de que la NBA siempre ha sido la mejor liga del mundo y, aunque el nivel de la ACB y de la Euroliga ha subido muchísimo, siempre está ese gusanillo de vivir otra historia. Y eso es la NBA.

¿Fichar por los Lakers, como Pau, es lo más grande que le puede pasar a un jugador?

Si yo pudiera fichar por los Lakers, estaría muy contento porque estaría con un compañero y tendría la suerte de poder aprender del mejor jugador del mundo que es Kobe Bryant. Si me me lo propusieran, no dudaría ni un segundo.

¿Quiénes fueron sus ídolos?

Viví la época de los Bulls de Jordan y Pippen. Después, mi referente ha sido Manu Ginobili, que estaba en un equipo pequeño y fue subiendo hasta quedar campeón de casi todo.

¿La diferencia con otras épocas es que ustedes ya no tienen ningún tipo de complejo ante nada?

Magic Johnson y compañía eran increíbles, eso sí que era un dream team. Si nosotros nos tuviésemos que medir con aquella gente, sería bastante difícil ganar. Pero ahora todo el mundo ve que los equipos europeos pueden estar a la altura de la selección de Estados Unidos. Ya no hay fronteras en el baloncesto y en cualquier sitio puede surgir un buen jugador.

¿Qué puede aportar la NBA a su juego?

A mí me encanta trabajar aprendiendo. Sé que allí hay muy buenos entrenadores de todo tipo y me gustaría vivirlo. Pero mi gran reto es estar a un buen nivel físicamente, que mi cuerpo me ayude también a aguantar algunos contactos que a veces no aguanto.

¿Aíto le hace sentirse el líder del equipo?

Me siento el líder, pero creo que el equipo no depende mucho de mí. Todos aportamos, de modo que el liderazgo está repartido.

¿Le gusta asumir ese papel?

Es una responsabilidad bastante grande para un jugador de 22 años, pero me gusta tener la pelota cuando juego, me siento cómodo.

¿Por qué se entiende tan bien con Ricky?

Porque a los dos nos gusta tener mucho morro y no nos paramos en ningún momento, aunque veamos algo anormal. Luchamos por lo que llevamos entrenando desde pequeños, por la Penya. Cuando salimos a la pista tenemos ese sentimiento de club e intentamos dar lo máximo para que el club crezca.

¿Ese morro se entrena o es innato?

Es innato, algo que otros jugadores pueden tener y a lo mejor no saben. A nosotros, nos han ayudado a verlo.

¿Ha adoptado a Ricky como su protegido?

Él sabe cuidarse bastante bien solito y, pese a sus 17 años, tiene los pies en el suelo. Irá creciendo si sigue con esta dinámica y esta mentalidad. Aunque lo que le pase me incumbe porque somos un equipo y todos nos protegemos.

¿Es el mejor jugador de su edad que ha visto?

De su edad y más. Es difícil ver un chico de 17 años que juegue como él. Sólo tiene que mejorar el tiro, que es lo que lleva un poco peor.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?