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De Gea y Agüero marcan la diferencia

ALFREDO VARONA

De Gea valió por dos, lo contrario que Diego Costa. A los 58 minutos, el portero anuló el empate del Espanyol en un remate en el que Osvaldo tenía las de ganar. Once minutos después, Costa confesó su incapacidad. Sólo frente a la portería, no terminó un gol que era suyo. Y entre medias apareció Agüero, que jugó con un orgullo descomunal entre los charcos. Hizo varias jugadas en las que desnudó a sus oponentes. Sólo le faltaron alianzas para terminar tanto fútbol. Pero Diego Costa, que sustituyó al lesionado Forlán, jugó en una categoría menor.

La noche hizo trampas a Osvaldo, que llegó al área y no volvió con una sola bala al vestuario. Pero salió amargado del estadio, cansado de soportar a un portero como De Gea, que no se rinde ni en el suelo. El Espanyol tuvo varias veces el empate en la segunda parte. Pero anoche el gol estuvo carísimo para el Espanyol y Pochettino acabó pegando patadas a las botellas de agua.

El Atlético jugó con más valor en la primera parte, en la que encontró el gol en un penalti confuso. Lo transformó Simao, cuya productividad ha ascendido esta última semana, en la que se despide. La hinchada le premió con tanta emotividad que ya nadie duda de su marcha. Pero a raíz de su gol, volvió la incertidumbre de casi todos los días al Calderón. La culpa fue de Reyes, que dio un cabezazo a Dátolo que, a los 41 minutos, le sacó del partido. El Atlético se quedó con uno menos durante 20 minutos, el tiempo que Víctor Ruiz tardó en ver la segunda amarilla. Pero en la adversidad el Atlético fue un equipo responsable con un añadido: tiene a De Gea y a Agüero, que no sólo posee más talento, sino un orgullo que le saca de contexto.

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