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Gil Marín se queda solo en su defensa de Aguirre

Si el equipo no remonta la eliminatoria ante el Bolton, el ciclo de Aguirre podría haber concluído

HUGO JIMÉNEZ

El jueves puede ser el último día de Javier Aguirre como entrenador del Atlético. La sombra del ultimátum sobrevuela ya al técnico. Si el equipo no remonta ante el Bolton y cae eliminado en los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA, el ciclo de Aguirre como rojiblanco puede haber concluido. Sólo Miguel Ángel Gil Marín, el consejero delegado del club, se muestra contrario al relevo en el banquillo. Pero tanto Cerezo como el resto de consejeros ya están convencidos de que no hay otra solución. Su dictamen es que el equipo se ha metido en una dinámica de derrotas y mal juego que sólo puede romperse con una medida drástica, la salida de Aguirre.

No ha pasado todavía un mes desde que Gil Marín le ofreció a Aguirre la renovación por una temporada. Entonces, justo después de perder el derbi, el consejero delegado encontró la oposición del propio técnico, más partidario de esperar a final de curso para plantear su continuidad.

Y también la de Enrique Cerezo, al que se habían saltado en las negociaciones, que declaró que había que aguardar hasta que se vieran los objetivos cumplidos para prolongar o no el contrato del preparador. La posición de Aguirre en el club ha decaído notablemente en las últimas semana.

La gota que colmó la paciencia de los dirigentes fue la pésima actuación del domingo ante el Athletic. Desde la derrota en el derbi, el Atlético ha completado un mes desastroso: eliminación de la Copa, derrotas sucesivas en la Liga, plaga de expulsiones, y un mal resultado en la ida de la UEFA ante el Bolton (1-0). Los rojiblancos, además, deberán pelear el jueves sin Agüero y sin Raúl García, ambos sancionados, para salvar la eliminatoria. Para salvar a Aguirre.

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