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El hombre pez, la gacela humana

Esa maravillosa ceremonia de inauguración en el Nido de Pekín auguraba unos esplendorosos Juegos Olímpicos. China mostró al mundo su ímpetu modernizador y su obediencia a la tradición en un evento inolvidable. La primera semana el protagonismo lo acaparó en la piscina Michael Phelps. Con 23 años, sumó ocho medallas de oro, superando así el récord de Mark Spitz en los Juegos de Múnich. El hombre pez maravilló con su depurada técnica dentro del agua. Derrotó al cansancio en una semana de estrés competitivo y triunfante sin parangón en el deporte.

Del agua a la tierra; del pez a la gacela. Usain Bolt llevó al atletismo hasta el siglo XXII con 92 años de adelanto. Resultó asombroso cómo, sin esfuerzo aparente, el velocista jamaicano destrozó los récords del mundo de 100 y 200 metros. 9.68 y 19.30 segundos para otro de los grandes reyes de los Juegos Olímpicos de Pekín. La guinda a esas dos semanas fue la maravillosa final de baloncesto entre España y Estados Unidos. Los americanos sudaron para ganar el oro.

Y el fútbol. España ganó la Eurocopa. La España de Luis Aragonés, ya sin Raúl, acabó con los fatalismos y la excusas. El juego dulce y brillante de La Roja tumbó a todos los rivales a su paso. Fue también el año en que Rafa Nadal se hizo herbívoro y ganó Wimbledon. Superó a Federer y alcanzó por vez primera el número uno del mundo.

Los Celtics vencieron en la final de la NBA a los Lakers reforzados con Gasol. España volvió a ganar la Copa Davis y Gebrselassie batió el récord del mundo de maratón.

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