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Iniesta, el estilo con botas

ENRIQUE MARÍN

El regreso de Iniesta permitió a La Roja, ayer la azul, recuperar parte de la identidad perdida. Faltaban Silva y Cesc, pero el manchego lleva el estilo pegado al pie. Villa, escorado a la izquierda, no entraba en juego. La asimetría se lo impedía, pues mientras Iniesta pronto abandonó la posición que tenía asignada en la pizarra para asociarse, el asturiano ayudaba a los chilenos a marcarle. Sin embargo, un balón en largo bien peleado por Torres, obligó a Bravo a salir a la desesperada y regalar el balón al 7 de España. Luego marcó Iniesta, el estilo con botas, y Chile se quedó con diez. Demasiadas ventajas, sobre todo cuando por fin entró Cesc.

Si Del Bosque no encuentra las diferencias entre jugar con Silva o con Navas, con Cesc o con dos puntas, sin Iniesta o con Iniesta, con Xavi más atrás o más adelante, con uno o dos pivotes, normal que por más que se empeñe en mirar no vea que La Roja no es La Roja. Si es así, más que de vista, es una cuestión de conocimientos. Ya saben, la ausencia del libro de instrucciones. En estos casos el único remedio es la autogestión, que los propios futbolistas impongan el estilo. En el Mundial de Estados Unidos, y con Guardiola como uno de los cabecillas, los internacionales se reunían a espaldas de Clemente para ver cómo jugaban. 

Maradona dijo sobre España que “la tienen, la tienen, la tienen, ¿pero cuándo va a atacar? Si las porterías estuvieran de costado y no de un lado y del otro, hubiera ganado 10-1”. La respuesta de Del Bosque (“hemos ganado 26 de 28 partidos”) quizás no fue la más adecuada. “Con el tiki-taka se puede ganar el Mundial”, recordó Xavi en pleno debate existencial. La cuestión es dar el menor número de pases posibles, pero ni uno menos de los necesarios. En eso consiste en ‘tiki-taka’. A lo que se refería Maradona era el ‘tiki’ sin el ‘taka’. Es decir, lo que Chile provocó ayer que hiciera España... hasta que marcó Villa.

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