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Iniesta regresa como don Andrés

El manchego vuelve a su tierra, Albacete, con un Mundial y dos Eurocopas bajo el brazo. Con ello y varios gestos de humanidad se ha ganado la admiración de un pueblo que siempre lo vio como un héroe humilde

EDUARDO ORTEGA

'¿Y podremos verlo y hacernos fotos con él?, se pregunta la gente. Y yo les digo: Vosotros relajaos, caminad, si le vais a ver pasear'. No es la habitual estrella mundial, deportista o futbolista al que se le sube la fama a la cabeza. Andrés Iniesta (Fuentealbilla, Albacete, 1984) sigue siendo exactamente el mismo que cuando tenía 9 o 10 años y jugaba con el balón a todas horas en cada esquina de su pueblo. No es la norma. Continúa brujuleando a veces por sus calles -más a menudo de lo que se cree-, siempre que sus compromisos con el Barça se lo permiten.

La última ocasión fue el pasado domingo, aprovechando el día libre que concedió Vicente del Bosque a los internacionales. Estuvo en Fuentealbilla dando un garbeo, charlando con algunos de los 2.000 vecinos que habitan esta pequeña localidad manchega. 'Charlamos de fútbol, de que el césped del estadio del Mallorca [donde la selección jugó contra Bielorrusia el viernes (2-1) ] estaba demasiado blando y de un golpecillo que recibió en el muslo. Es que somos los dos muy futboleros y casi siempre hablamos de eso', cuenta Andrés García, presidente de la peña de Fuentealbilla que lleva el nombre de su paisano más honorable.

Fuentealbilla tiene a Iniesta en un pedestal por varias razones. No sólo por las evidentes: suyo fue el gol que dio a España el único Mundial de su historia, ha contribuido a las dos Eurocopas consecutivas y sigue siendo pieza clave de un Barcelona que ha marcado el paso del fútbol mundial en los últimos años. Pero además, el manchego también ha demostrado su compromiso con sus orígenes futbolísticos al salvar al Albacete del precipicio en dos ocasiones. Primero en 2011, cuando se convirtió en máximo accionista del club tras pagar 420.000 euros; y la última, el pasado mes de junio, al adelantar otros 240.000 para evitar que descendiera a Tercera División.

Pero hay otros motivos más humanitarios y sociales, menos públicos. En los últimos tiempos, sin que apenas se haya divulgado, el centrocampista del Barcelona ha estado preocupándose por un joven albaceteño que se quedó en silla de ruedas a causa de un derrame cerebral. Desde que se enteró, hace un año, ha estado interesándose y preguntando por él habitualmente, aparte de regalarle botas y otros obsequios.

'Se da cuenta de todo; si sabe que alguien tiene algún tipo de carencia se preocupa', explica García. 'Aunque parezca mentira, creo que es todavía más humilde de lo que parece. Yo lo conozco y no me debería impresionar tanto, pero muchas veces lo hace'. Por ello, Iniesta, héroe para muchos españoles, lo es más aún para la gente de la diminuta localidad albaceteña. Es Don Andrés. 'El orgullo es muy grande. Un ejemplo para nuestros hijos, para los vecinos', añade su tocayo.



El presidente de la peña lo conoce bien. Comparte confidencias y conversaciones con él desde hace mucho, porque, pese a que el jugador manchego se trasladó de pequeño a Barcelona, siempre ha estado muy vinculado a la localidad donde nació hace 29 años. Más de dos décadas yendo casi cada verano y en fiestas como la Navidad. 'Viene muy a menudo. Suele pasar la mitad de sus vacaciones aquí y en diciembre está tres o cuatro días. Cuando la selección juega fuera y tienen algún día de descanso en Madrid, se acerca siempre para estar con sus abuelos. Está muy unido a su pueblo', asegura.

'Siempre supimos que iba a llegar muy alto, desde que jugaba de pequeño con gente de su edad que le sacaba cabeza y media'

La última vez ha sido esta semana. Estuvo el domingo y ayer recibió un homenaje en Albacete arropado por varios miembros de La Roja y cientos de personas. Allí se encuentra para jugar esta noche (21:00 horas) el último partido de clasificación para el Mundial de Brasil 2014. Ahí, en el estadio Carlos Belmonte, empezó su brillante andadura con la selección española. Hace ya siete años, en un intrascendente amistoso contra Rusia que acabó sin goles. Entonces su entrenador en el Barça, Frank Rijkaard, apenas confiaba en él. Quienes siempre lo hicieron fueron sus paisanos, que fundaron en 2003 la peña en su honor cuando aún estaba en el filial azulgrana. 'Nosotros siempre supimos que iba a llegar muy alto, desde que jugaba de pequeño con gente de su edad que le sacaba cabeza y media', recuerda Andrés García. 'A lo mejor nadie sospechaba que iba a ser número uno del mundo, como algunos lo consideramos, pero es así. Veíamos que seguramente iba a estar en el top ten'.

Y no lo encumbra porque sí. Lo avala con detalles conocidos: '¡Pregunta a Messi o a Cristiano cuántos Mundiales tienen!', exclama con una sonrisa. El Mundial, siempre el Mundial. El campeonato con el que La Roja alcanzó la gloria en Suráfrica en 2010 con un gol mítico de un vecino de Fuentealbilla. Un tanto por el que será recordado por todos los españoles. 'Se pueden marcar más o menos goles decisivos con la selección, pero el que te da el campeonato del Mundo queda para los anales de la historia. Ése lo marcó Iniesta', dice. Y pese a todo, se pasea como uno más por su pueblo. 'La gente te dice 'oye que es verdad, que le he visto y me he hecho una foto'. Sin duda, es una persona normal y corriente', concluye.

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