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Javier Gómez Noya: "No sé si me merezco el Príncipe de Asturias"

Campeón del mundo de triatlón por tercera vez y plata en los JJOO de Londres 2012, todavía no se cansa de un deporte tan duro. Amante de la 'música cañera', toma a Nadal como referente y anhela un sistema

ALFREDO VARONA

Sus títulos tienen más prestigio que popularidad en España. Incluso se financian en el extranjero, que es donde están sus sponsors más fuertes. Pero esa es la vida de Javier Gómez Noya (Basilea, 1983), que este año acaba de proclamarse por tercera vez campeón del mundo de triatlón en Londres, en el mismo lugar donde se colgó un año antes la plata olímpica. Y eso no puede ser fácil. Máxime porque su primer Mundial retrocede cinco años atrás, a Vancouer 2008. Una historia, por lo tanto, distinta, importante y quizá rebelde. Un campeón del mundo en medio del silencio.

Una biografía incansable, el triunfo del hombre que, dicen, no perdona ni un solo día de trabajo. Al menos, tiene esa fama en estos últimos diez años de su vida en los que no se separa del podio. Cada vez hay más exigencias ('ahora se va mucho más deprisa que antes'), pero a los 30 años es capaz de ganar un Mundial en el último sprint. Ahora, está de vacaciones en Méjico, pero no por ello deja de atender a Público. 'La gente debe luchar por seguir su camino', insiste.

El año pasado fue finalista al Premio Príncipe de Asturias. ¿Ha llegado el momento este año después de ser campeón del mundo?

No lo sé. Ni siquiera sé si me lo merezco. Pero tampoco me corresponde a mí valorarlo. Mis premios son las carreras que gano. Es lo que más me gusta y lo único de lo que me preocupo. Si luego hay quien decide que merezco un reconocimiento mayor, me parece bien, muy agradecido. Pero sino no pasa nada. Yo seguiré haciendo lo que me gusta.

'Nadal es el mejor deportista que ha dado este país'¿Su mentalidad puede ser una radiografía de la de Nadal?

Bueno, él juega al tenis y yo no (risas); pero está claro que para mí Nadal es un referente, tanto física como mental, porque no es fácil llevar tantos años. Pero, además, no sólo es eso, sino que las pocas veces que pierde lo hace con una elegancia infinita. Por lo tanto, es un ejemplo y, para mí, cualquier comparación con él es un elogio. Nadal es el mejor deportista que ha dado este país.

Bob Marley decía: 'Sé que he nacido con un número sobre mi cabeza; pero no vine a ser sometido. Vine a conquistar'. ¿Usted tiene esa sensación?

No la conocía, pero me parece una buena frase. Creo que es bueno que la gente luche por seguir su camino o por perseguir sus sueños, sin ser sometido por nadie. Sinceramente, es lo que trato yo de hacer con mi vida.

Además, usted es un aficionado reconocido a la guitarra. ¿Su inspiración también está en la música?

Sí, bueno, lo de la guitarra me viene de mi hermano, que es cinco años mayor y siempre la tocó. Pero claro que sí, la música la tengo en la mente y claro que me inspira, ¿a quién no le inspira una canción que le gusta? En general, yo soy muy de rock, de AC/DC, Rolling Stones, Led Zeppelin y, sí, antes de las carreras puedo escuchar música cañera que me ayuda a salir con más agresividad.

¿Su biografía de triatleta merece una canción? ¿Podría ser más maravillosa de lo que es?

Yo estoy muy orgulloso, pero siempre se puede mejorar. A día de hoy, me siento motivado, con ganas de dar lo mejor de mí en cada entrenamiento. Sigo teniendo hambre. He madurado. Hago caso de cómo me siento. He aprendido de los entrenamientos y todavía sigo buscando la perfección.

La crisis empezó en 2008 cuando usted perdió la medalla en los JJOO de Pekín. La diferencia es que usted se repuso rápido y el mundo todavía no ha superado la crisis. ¿Cómo lo explica?

No hay nada que explicar, no tiene nada que ver. En mi carrera siempre ha habidos momentos buenos y momentos no tan buenos como Pekín; pero me sobrepuse y eso me hizo más fuerte. Pero, claro, no tiene nada que ver con la comparación que me plantea. Era más sencillo que yo me repusiera de una carrera mala, a que el mundo se olvidase de una crisis rápidamente.

'Lo raro sería tirar la toalla ante un mal resultado, los deportistas no solemos hacer eso'¿Su ejemplo entonces no vale para los demás?

No, simplemente, lo que yo hice es lo que hacemos los deportistas ante un mal resultado: analicé lo ocurrido, me propuse trabajar más duro y con más exigencia . Aprendí de los errores y, desde entonces, he tratado de no volver a cometerlos. Pero no creo que sea una excepción por ello. Lo raro sería tirar la toalla ante un mal resultado, los deportistas no solemos hacer eso.

Sin embargo, las empresas privadas españolas siguen sin apostar por usted. ¿Se equivocan?

No sé. Cada uno hace lo que quiere o lo que cree que debe hacer con su empresa.

¿Qué siente uno cuando sus principales sponsors son extranjeros y vienen incluso desde Hong Kong? ¿Es un orgullo o un desengaño de su país?

No, no, un desengaño para nada. Para mí, es un orgullo tener patrocinadores que me apoyen sean de donde sean. Son los que me permiten ser profesional y no me puedo quejar. No debo hacerlo. Sé que hay muchos deportistas de altísimo nivel que tienen problemas por falta de apoyo, y eso sí es preocupante. Es más, hay gente que se ha visto obligada, incluso, a dejar el deporte. Se han perdido grandes talentos.

'El hecho de estudiar una carreras exigente y entrenar 6 o 7 horas al día parece poco compatible en España'Hace años, usted dijo: 'En España tienes que elegir entre estudiar y el deporte. Las dos cosas son imposibles. No creo que en EEUU sean más inteligentes que nosotros para ser deportistas y universitarios. Simplemente, el sistema aquí está mal estructurado'. ¿Ahora es, incluso, peor?

El hecho de estudiar una carreras exigente y entrenar 6 o 7 horas al día parece poco compatible en España. No hay una estructura ni un sistema universitario como en Estados Unidos donde las universidades se pelean por los mejores deportistas y les ayudan. Se adaptan, incluso, a sus exigentes horarios de entrenamientos de forma que pueden compaginar ambas cosas. Aquí hemos perdido muchos potenciales campeones porque al llegar a la universidad se han visto obligados a decidir entre estudios y deporte de élite. Apostar por el deporte es demasiado arriesgado y pocos lo hacen.

Hace poco su compañero Fernando Alarza lanzó un mensaje SOS: 'Si pierdo mis patrocinadores y la Federación no me paga, ¿cómo compito?' ¿El triatlón español está malhumorado?

No, al contrario, generalmente estamos ¡de muy buen humor! Pero, claro, luchamos por lo que pensamos que nos corresponde y no tenemos problemas en decir las cosas si hay que decirlas como ha pasado con Fernando. Pero eso es bueno, es necesario para que nuestro deporte siga evolucionando.

¿Cómo convencer a los intelectuales de que lo que hacen ustedes no es inhumano? ¿Usted también lo piensa?

Sí, es cierto que los deportistas de élite entrenamos muchísimo. Quizá ni siquiera sea saludable lo que hacemos. Pero, por otro lado, nos cuidamos más que una persona normal. Tenemos muy buenos hábitos alimenticios desde jóvenes, dormimos las horas adecuadas y más, si se puede. Pasamos más controles médicos que la mayoría de la gente, la ayuda de los fisioterapeutas... Por lo tanto, no creo que este trabajo mío sea inhumano.

'Me cansaré cuando entrene igual de duro, pase medio año fuera de casa y no esté delante en ninguna carrera'Dice que este año ha dado la vuelta al mundo. ¿No cansa eso, no teme por su motivación después de tantos éxitos?

No, por ahora no. Me encanta viajar y no me cuesta salir de casa, disfruto al máximo de mi deporte ahora que estoy a un nivel muy alto frente a los mejores del mundo. ¿Cómo me voy a cansar de eso? Me cansaré cuando entrene igual de duro, pase medio año fuera de casa y no esté delante en ninguna carrera. Ahora, que las cosas van bien, todo parece muy fácil, pero hay que prepararse para cuando no vayan tan bien.

Su compañero Mario Mola asegura que usted no tiene puntos débiles. ¿No se ha pasado?

Debe ser una declaración de amistad. Mario es muy buen amigo, un tipo ejemplar. Pero, desde luego, en lo que no se equivoca es en que todos los triatletas trabajamos al máximo para reducir al mínimo los puntos débiles.

Si Gareth Bale vale 100 millones de euros, ¿cuánto vale Gómez Noya?

No tengo ni idea, pero mucho menos, seguro.

Por último, ¿es verdad que en Nueva Zelanda es como Cristiano Ronaldo en Europa?

No, no. Ni parecido. Pero es cierto que en Nueva Zelanda el triatlón es un deporte muy conocido y seguido. Ese hecho sumado a que he ganado varias carreras importantes y he pasado temporadas entrenando allí, hace que me conozcan bastante y tenga cierta atención mediática. Pero a otro nivel, nada que ver con Ronaldo o fenómenos mediáticos en España.

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