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Kaká es medio Madrid

La clarividencia del brasileño, ayudado por Granero, lleva al Madrid a la victoria ante el Espanyol

LADISLAO JAVIER MOÑINO

En el fútbol, una pared derriba un muro. Un viejo recurso atribuido a los argentinos, tan peleados con la pelota ahora que los dirige el que mejor la domó; Maradona. Esta vieja suerte la domina también Kaká, heredero genético de Coutinho, el socio de Pelé en el Santos. Es toque puro, pero pleno de intenciones. Tac-tac. Sin más. Un arma de una eficacia brutal. Tuya-mía. No hay maniobra más sencilla para desarmar a un defensa. Es un dos contra uno que deja al defensa vendido. La pared se revaloriza en la medida que se acerca al área contraria por la dificultad para . Ahí requiere de una sensibilidad extraordinaria en el pie y para interpretar la jugada. Y ahí, en los límites del área, para Kaká tirar paredes es el rey. Por eso Pellegrini no le rotó como a Cristiano Ronaldo, Raúl y Lass. No tiene otro futbolista tan decisivo para descubrir los caminos del gol.

La llegada de Kaká ha servido para cerrar una de las mayores carencias que perseguían al Madrid. No tenía un futbolista tan decisivo para interpretar el juego en los últimos 30 metros desde la retirada de Zidane. Guti tiene el último pase, pero la madurez le ha llegado ya sin el dinamismo y el fuelle necesarios. Si recibe el balón de cara, aún puede descubrir agujeros como en el que le adivinó a Cristiano Ronaldo en el tercer tanto. Pero de espaldas le cuesta girarse, driblar y pasar. Marcar no, porque preserva el toque, como recordó en el segundo gol del Madrid, cuando Kaká dejó a Roncaglia le dejó la cintura en postura de yoga y le regaló el balón para empujarlo.

Kaká si es capaz de coser esas secuencias a las que Guti ya no llega. En cualquier momento. Aunque sus compañeros no terminen de carburar. Aunque el juego no apunte más que al fútbol de posiciones. A Kaká le bastó una intención punzante de Granero para empezar resolver el partido. El repescado ejecutó una una maniobra muy fina. Recibió de espaldas, se giro envolviendo el balón con su espuela para sacarse al defensa y continuó la carrera para recibir esa majestuosa pared de Kaká. Mandó el balón raso y cruzado a la esquina. Sin que se le ablandaran el tobillo y el empeine. Un futbolista de pedigrí que en el Madrid incomprensiblemente han tardado demasiado tiempo en apreciar y utilizar.

La llegada de Sneijder condenó a Granero con Schuster, pero su propio fútbol le ha hecho justicia. Entre la pretemporada y el partido contra el Espanyol ha enseñado que tiene más juego que el holandés. Y que saca los córners incluso mejor que él. Tiene las intermitencias propias de su edad y del rol de novato que le corresponde en el equipo, pero sus apariciones son siempre para decir algo.

El primer córner que ejecutó Granero pudo suponer el primer tanto de su equipo si Metzelder no hubiera metido el pie con las dudas y la tibieza que a la mayoría de los defensas les suelen invadir en el área contraria. De otra jugada a balón parado también nació la mejor ocasión del Espanyol. Una vez más la defensa del Madrid fue sorprendida en lo que parece un defecto crónico. Nakamura metió un balón un pasado y todos los implicados en la defensa de la jugada se comieron el arrastre al primer palo. En el segundo apareció sólo Luis Garcia y su dejada la remató a bocajarro Moisés. Los reflejos de Casillas salvaron el gol. Una parada muy suya. De patio de colegio. Sin apenas visión, tapado por un bosque de piernas ansiosas de pescar el balón para rematarlo o despejarlo.

Esa fue la única amenaza seria a Casillas. Hubo otra que quedó en nada, previo salida con el pie mal medida del meta madridista.

El Espanyol buscó al Madrid arriba. Quiso dificultarle la salida del balón desde el principio y lo logró durante la primera media hora. Consiguió que le afloraran algunos de los defectos que aún no ha conseguido pulir cuando pierde el balón. No es que el equipo se parta. El problema es que sin la pelota sufre, porque de Xabi Alonso y Lass hacia arriba nadie defiende con intensidad. No es una cuestión de actitud, es de naturaleza. El Madrid se repliega, pero los que la tocan defienden la posición, no atacan al balón con la agresividad necesaria. Lo suyo es hacer daño cuando la tienen. Aunque sea poco. El tiempo de una pared. tac-tac; gol.

Espanyol (0): Kameni; Roncaglia, Forlín, Pareja, David García; Moisés, Verdú; Luis García, I. Alonso, Nakamura; y Tamudo.

Real Madrid (3): Casillas; Arbeloa, Albiol, Metzelder, Marcelo; Xabi Alonso, Guti; Higuaín (Raúl, m. 73), Granero, Kaká (Lass, m. 80); Higuaín y Benzema (Cristiano Ronaldo, m. 65).

Goles: 0-1. M. 39. Granero bate a Kameni de tiro cruzado tras una gran pared con Kaká. 0-2. Otra gran jugada de Kaká, que sienta a Forlín y cede a Gutio para que marque con la izquierda y a placer,. 0-3. M. 90. Cristiano Ronaldo, entre las piernas de Kameni, tras pase de Guti.

Árbitro: Burrull. Amonestó a Verdú Estadio: Cornellà-El Prat. 40.000 espectadores.

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