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¿Por qué está Kaká sentenciado?

ALFREDO VARONA

Tiene la nacionalidad italiana, lo que le permite jugar como comunitario. Sería un punto a su favor. Y por su edad tampoco es una vieja gloria. El pasado 22 de abril cumplió 30 años, pero ya nada es suficiente para que Kaká continúe en el Madrid. Ha jugado 63 partidos de Liga en tres temporadas, en las que las lesiones no le ayudaron demasiado. Aun así, Mourinho siempre fue más solidario con él de lo que es ahora. El técnico ya no lo quiere ver ni en pintura. Tampoco le ha convocado para esta noche frente al Getafe. Incluso le ha lanzado un mensaje piadoso frente a la opinión pública: 'Si se queda, trataré de sacar lo mejor de él'.

Un mensaje que cuaja con el estado actual de Kaká, al que se retira la confianza por todas partes. Manu Meneses, en la selección brasileña, prefiere a Ganso como número 10 y Mourinho, ante la insistencia de la prensa, se muestra letal con  el futbolista.  'Kaká sabrá mejor que yo lo que desea', apostilla el técnico.

¿Dónde está el jugador que fue Balón de Oro en 2007? ¿Alguien lo ha visto en el Madrid? Son preguntas perversas pero reales.  Sobre todo, desde el pasado mes de abril en el que Kaká se despidió para siempre del Madrid. Fue en el partido de vuelta de las semifinales de la Champions ante el Bayern Münich. El partido estaba muy feo para el Madrid, incapaz de meter mano a la defensa alemana en el Bernabéu. Mourinho recurrió a los 74 minutos a Kaká, al que invitó a recuperar la credibilidad perdida. Tuvo tiempo suficiente, porque a esos 16 minutos hay que sumar los 30 de la prórroga.

Pero Kaká no resolvió nada. Boateng y Badstuber lo pararon con facilidad. Y para colmo de males falló uno de los penaltis decisivos de la tanda. Desde entonces, su margen de confianza se redujo a cero. Mourinho nunca lo culpó públicamente, pero Florentino sabe que, desde ese día, Kaká ya es hombre muerto en Chamartín.

Si realmente Kaká tiene orgullo, en el club se preguntan por qué no se ha ido ya. ¿Acaso un Balón de Oro merece este trato?  La pregunta es para él y para sus agentes, que no parecen dispuestos a prescindir de los 10 millones limpios por temporada que tiene firmados hasta 2015 en el Madrid. Han salido posibles compradores como los Red Bulls de Nueva York, lo que se interpreta como un retiro por anticipado. Así que esta posibilidad tampoco hace especial ilusión a Kaká, que en privado apela a sus opciones en el Mundial de Brasil 2014.

Su nombre también figura en los planes de París Saint Germain, el Manchester United y el Milan, muy dado a recuperar a este tipo de futbolistas en decadencia. De hecho, el Milan es el que más está presionando. El problema es que ahora no tiene liquidez para hacer frente a un fichaje de este precio y el Madrid, al que le costó 65 millones de euros, tampoco quiere cederlo ni regalarlo, pero....

Kaká ha sido una mala inversión, un futbolista que no ha aportado más que, por ejemplo, Granero. La diferencia está en la ficha. Kaká no venía para esto. Venía para marcar la diferencia fuera y dentro del césped y no para jugar los minutos de la basura. Kaká, sin embargo, se permitió el lujo de dudar públicamente de Benzema en una época en la que el delantero francés lo estaba pasando mal y venía Adebayor para quitarle el puesto. 'Debería implicarse más', dijo. Pero la hinchada perdonó a Kaká, a ese futbolista que prometió Ramón Calderón y que le ayudó a ganar las elecciones en el verano de 2006.

Tardó tres años en llegar hasta que vino Florentino; aunque en realidad Kaká no llegó nunca. La hinchada ya se ha cansado de esperarle. Ni siquiera su edad procura una esperanza que, a veces, sí tuvo motivo. No es fácil olvidar su primer partido en el Camp Nou, en la época de Pellegrino. El Madrid fue derrotado, pero Kaká fue uno de los jugadores más competitivos. Sin embargo, a partir de ahí ¿qué?

Tuvo momentos, como en aquel 2-6 al Valencia de Emery en un momento psicológicamente duro para el Madrid, recién eliminado por el Barcelona de la Champions. Deja momentos y números (20 goles en 63 partidos de Liga con el Madrid), horas de gimnasio y propósito de enmienda. Pero la realidad es que fue  incapaz de superar la prueba de fuego que le planteó Mourinho frente al Bayern Münich. Y eso ya no se perdona.

Aquel era un día decisivo, uno de los pocos de esa categoría que ha vivido Kaká en el Madrid, porque cuando llegaban casi siempre estaba lesionado o en la reserva. A tenor de su precio y de su ficha, se juzgaba que era su momento para resolver un día tan angustioso. Pero en vez de una solución, resultó una ruina. Y volvió a recordar lo equivocados que estaban esos 65 millones de euros que pagó Florentino al Milán en 2009 y esos 50.000 espectadores que acudieron a recibirlo al Bernabéu el día de su presentación.

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