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Otra lección de Xavi

El Barcelona supera con nota el primer partido del año y encamina su pase a los cuartos. Messi, baja en principio por culpa de una gripe, se recupera a tiempo para marcarle dos goles a Osasuna

RUT VILAR

Un Barça aparentemente desordenado, plagado de volantes inquietos, mareó anoche a Osasuna, sin perder, en realidad, la compostura. Anoche, el conjunto catalán logró hacer circular el balón a la velocidad del rayo. Y en cinco minutos apabullantes (del 14 al 19) sentenció a un rival sorprendido, que se desfondó demasiado pronto y tuvo en el portero Riesgo a su jugador más decisivo. La salida de Messi, griposo, en el segundo tiempo, favoreció la goleada.

El Barcelona encaró la eliminatoria con contundencia, de inicio, sin Messi, que por la mañana estuvo en cama con 'dolor de panza', y, por la tarde, prefirió sumarse al grupo, aunque el club había anunciado su baja. El argentino, a pesar de que apenas se ha entrenado estos días, jugó al final media hora, suficiente para marcar dos tantos.

El de Terrassa asiste a Cesc en sus dos tantos y a Messi, en el cuarto del Barça

De inicio, Pep Guardiola ordenó a sus muchachos en un 3-4-3, con Cuenca de falso 9. Descontento con el invento, el preparador mandó al canterano permutar su posición con Pedrito, que, hasta el minuto diez, se había movido por la izquierda. Con el cambio llegaron los goles.

Un tanto acelerado, el Barça pedía pausa a gritos y Xavi, anoche especialmente atinado como asistente, la puso en la acción del primer tanto. Tras una jugada colectiva, iniciada por Thiago con un cambio de orientación fabuloso, el de Terrassa recibió en la media luna, esperó la llegada por la izquierda de Cesc y le mandó la pelota para que, en carrera, el 4 abriera el marcador.

También marcó el segundo el de Arenys. Tras recuperar el balón en la medular Piqué y Puyol, combinó de nuevo Xavi con el 4, que, impasible ante la presión del rival y la salida de Riesgo, colocó la pelota, picadita, por encima del portero. Aun así, evitó el meta la goleada azulgrana. Primero, al sacar el puño ante Thiago y luego, frente a Puyol. Ambos, la verdad, desafinados en la finalización.

La Pulga', 'con dolor de panza', estaba loco por jugar y batir a Riesgo

En el segundo tiempo volvió a salir fogoso Osasuna, decidido a presionar a su oponente, pero el Barça se negó a cederle el balón. Tras la reanudación, reclamó Cuenca un penalti de Damià que el colegiado no advirtió, aunque desde la tribuna pareció claro.

A pesar del dominio, no exigió el conjunto azulgrana a Riesgo hasta la entrada al campo de Messi, que iba loco por marcar. En el primer disparo que probó, no logró el efecto deseado. En la siguiente internada, reclamó penalti el argentino. Y a la tercera, por fin consiguió batir al cancerbero de Osasuna, con un cabezazo de libro a centro, esta vez, de Cesc. En el 90, el astro azulgrana puso la guinda al partido al conseguir su segundo gol. Con la eliminatoria bien encaminada, confirma el Barcelona su extraordinaria temporada en casa.

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