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La leyenda vuelve por Navidad

Tres décadas después de fijar un récord de imbatibilidad aún vigente, el Atlético de balonmano se reúne cada diciembre

 

PACO GRANDE

El Atlético de Madrid de balonmano sigue vivo. Al menos, en el corazón de sus jugadores más míticos: el capitán, Manolo Novales, Lorenzo Rico, Cecilio Alonso, Agustín Milián, Juan Carlos Román, Claudio Gómez, Chechu Fernández, Paco Parrilla, Juanón de La Puente o Rafa López Léon. Nombres de la historia de este deporte y de la desaparecida sección del club rojiblanco. Un grupo de amigos de ahora y siempre, que no ha dejado de reunirse a pesar del paso de los años. Formaron el equipo que disputó el inolvidable partido de vuelta de la final de la Copa de Europa del 21 de abril de 1985, en un abarrotado Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, contra el Metaloplastica de Sabac, poderoso y también legendario conjunto yugoslavo. Perdieron, pero ganaron tres ligas seguidas entre el 82 y el 85. El grupo que , merced a la rivalidad Atlético-Barcelona, convirtió al balonmano en el segundo deporte con más seguimiento en España. Son, a la postre, quienes sufrieron en 1992 la decisión de Jesús Gil, presidente de la entidad que echó el cierre a un histórico nacido en 1947. Desde entonces, durante los últimos 19, se reúnen cada Navidad en el restaurante El Tulipán y rememoran sus mejores batallas.

Aquel Atlético estuvo 69 partidos consecutivos sin perder (67 victorias y 2 empates): del 2 de mayo de 1982 tras una derrota contra el Barcelona (23-21) al 16 de diciembre de 1984 (22-19), al caer en Tenerife ante el Tres de Mayo. El Ciudad Real amenazó este año el récord, pero el pasado 24 de noviembre fue doblegado por el Barça en el Palau tras 67 partidos invicto. La marca sigue vistiendo de rojiblanco.

'La verdad es que no nos habíamos planteado que pudiera caer el récord, no nos preocupaba, pero cuando oyes hablar de este asunto, te gusta', asegura Manolo Novales. Cecilio señala que 'hay que sentirse orgullosos y satisfechos de que, 26 años después, sigamos teniendo este récord, aunque también recuerdo que otros equipos nos tenían envidia'. Chechu Fernández añade: 'Éramos un buen grupo de amigos. Y eso que cada uno veníamos de un sitio. Había cuatro de Madrid, yo de Asturias, Juanjo Uría de San Sebastián, López León de Ciudad Real, Milián de Barcelona... Éramos amigos y somos amigos'.

Las paredes del Tulipán, en el madrileño barrio de Salamanca, están sembradas de significativas fotos de su época dorada, mezcladas con imágenes de otros deportistas que frecuentan el local. 'Nosotros fuimos los pioneros, luego se apuntó la Quinta del Buitre y más gente del deporte, pero los primeros fuimos nosotros' puntualiza Cecilio Alonso.

Cuando se juntan, van sólo los jugadores. Sin entrenadores. Este año, por vez primera, iba a acudir el que fue su técnico durante 14 años, Juan de Dios Román, pero a última hora, debido a sus ocupaciones en la Federación es presidente, falló. En la cena de Navidad 2010 se habla de la crisis del balonmano, de lo que supuso la desaparición del Atlético, de su hipotética vuelta, de los partidos inolvidables. No están Juanón de la Puente, Carlitos González ni Rafa López Léon, pero sí otros jugadores de la época como Pedro Arruti, y el traumatólogo del equipo de toda la vida, Vicente Concejero, que es quien enciende el debate: 'Ya no hay jugadores como estos. Antes todo el mundo conocía a Lorenzo, a Cecilio, a Juanón. ¿Ahora? No sabes ni quien juega. Por eso el balonmano ha caído como ha caído'. En sus tiempos, los chicos querían tirar de muñeca como Uría, imitar la suspensión de Cecilio o las paradas increíbles de Rico.

La nostalgia por el desaparecido Atlético se extiende por la mesa y todos convienen que ésa es una de las causas del bajón del balonmano: 'Se ha hablado de que la sección vuelva, pero si le preguntas a Cerezo [actual presidente clchonero] te dirá: vale, tráeme un patrocinador que ponga 3 millones de euros y yo pongo el nombre''. Milián incide en el vacío del balonmano madrileño: 'Sin un equipo en Madrid, sin la rivalidad Atlético-Barça, es imposible que interese a los medios'. Paco Parrilla, dedicado al mundo de la enseñanza, expone otra causa: 'Antes había al menos 20 colegios que formaban una gran cantera. Ahora sólo hay siete'.

Todos recuerdan el frío del polideportivo Magariños, donde jugaban. Y se emocionan con el calor que vivieron el día de la citada final europea en el Palacio de los Deportes. 'Yo nunca había visto un ambiente igual. Colas en las taquillas, banderas por todas partes en la grada. No estábamos acostumbrados a aquello. Salimos impresionados y nos pudo el ambiente', rememora Chechu. 'Yo no he parado en mi vida mejor que en el partido de ida, pero a aquel equipo era imposible ganarle. Tenía jugadores como Isakovic, Vujovic, Vukovic, Kuzmanoski... Era imposible', apunta Rico. 'Hombre, no jugamos bien, pero tampoco era como para perder por 10', añade Cecilio. Aquella fue la primera final de Copa de Europa de un equipo español. Y la cima de un irrepetible grupo de amigos.

 

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