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La Liga, por una vez, se queda igual

JOSÉ MIGUÉLEZ

Antes del gran día, el Madrid era el dueño de los números y el Barcelona, el amo de las sensaciones. Llegada la hora de la verdad, el clásico puso las cosas del revés: el Barça ya tiene de su parte los números, con los tres puntos en el bolsillo y el liderato de nuevo en su zurrón, y el Madrid se lleva al fin la carantoña de las buenas sensaciones: fue un equipo en el Camp Nou, con las ideas claras en todos los conceptos.

No es que los azulgrana empeoraran su imagen, ya que siguen portando la bandera del estilo y el buen gusto, pero no demostraron tanta distancia con respecto a su máximo enemigo. No hubo tunda ni en el marcador ni en el juego. Encontraron problemas tanto para sobrepasar el planteamiento táctico del Madrid y, a ráfagas, hasta para sujetar sus aventuras ofensivas. Tuvieron a Valdés y a Puyol como salvadores. Y un gol. No mucho más.

El Barça ya tiene de su lado los números y el Madrid, las buenas sensaciones

El Madrid no debe sacar pecho de una derrota, no lo acepta su carné de identidad. Pero si renuncia a presumir de los resultados si no están acompañados de buen juego, no debería torturarse cuando el tanteo le da la espalda, pero su comportamiento futbolístico es casi intachable. Ayer enseñó un plan, una idea de juego con la que intentar miniminizar al enemigo y potenciarse.Tuvo oportunidades para ganar, pero careció de la pegada que tanta prosperidad y puntos le había reportado en las semanas previas.

Así que no pasará nada tras el clásico, tan acostumbrado últimamente a desatar cataclismos. No habrá un antes y un después de este Barça-Madrid. Hoy será un lunes normal, como cualquiera tras una jornada liguera. El Barça sonreirá después de una victoria y el Madrid lamentará una derrota. Pero la Liga conservará su salud. Acostumbrada a condicionar su futuro con el desenlace de los clásicos, la noticia es que este año la deja tan pancha.

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