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El Liverpool saca un valioso empate del Emirates

El gol de Kuyt otorga a los de Benítez cierta ventaja de cara al partido de vuelta de la próxima semana en Anfield 

EFE

Ayudado por la fortuna o por el hechizo que le ampara en Europa, el Liverpool logró hoy en el Emirates ante el Arsenal de Cesc un empate a uno que confiere ventaja a la plantilla de Rafa Benítez pese al dominio abrumador de su anfitrión y que deja en el aire la resolución de los cuartos de final de la 'Champions' a la espera de lo que ocurra en Anfield.

El principio de una sucesión de tres encuentros en un intervalo de seis días entre ambos rivales anticipaba, cuanto menos, intensidad.

El hada madrina que ampara al Liverpool en este torneo arropó a los 'Reds' para contener la organización y la disciplina de la compacta formación del 'Profesor' Wenger, cuya obsesión continúa siendo el torneo europeo.

El templado Arsene Wenger había rogado a sus pupilos que hoy, más que nunca, desplegaran un esquema que combinara la organización, la cautela, la solidez en la zaga y que estuvieran siempre listos para atacar. Emplearon un fútbol notable, pero su determinación y empuje no evitó un gol de su rival, un arma letal que les hará sudar en la próxima eliminatoria.

Fue, quizá, un resultado injusto a una contienda en la que el Arsenal fue el once dominador.

El estadio londinense presenció un comienzo contenido, igualado, con la acción concentrada en el centro del campo y en el que apenas hubo riesgos. Había demasiado en juego.

Una internada del togolés Emmanuel Adebayor a los dominios de Reina, alejado temerariamente de la portería, hizo saltar las alarmas del muro de contención 'red' a los cuatro minutos, pero el portero español supo rectificar a tiempo.

Fernando Torres, el hombre en el que recaen las esperanzas de Rafael Benítez, comenzó a avisar con un balón largo que no inquietó al cancerbero navarro del Arsenal.

No hizo falta mucho para que ambos rivales se sacudieran la cautela inicial. Se notó la presencia del catalán Cesc Fábregas en el centro del campo, controlando y distribuyendo la pelota.

Más desentumecidos, y con las miras puestas en desequilibrar el marcador, el holandés Robin Van Persie dispuso de una ocasión excelente para el Arsenal, el equipo que más retuvo en el primer tiempo la pelota, tras rescatar dentro del área grande un balón largo de Flamini.

Fue, quizá, un aviso para la escuadra del madrileño Benítez, que se quedaba rezagada cuando el togolés Emmanuel Adebayor remataba de cabeza a un lanzamiento de esquina de Van Persie y daba así ventaja a la formación anfitriona.

El gol del Arsenal desató la acción. Fue cuestión de cinco minutos que el Liverpool reaccionara. Fue el holandés Dirk Kuyt, ayudado por un medido centro del capitán del once visitante, el prodigioso Stevie Gerrard y una vez más, la espina vertebral del Arsenal, el que remató una jugada del centrocampista inglés para nivelar y, de paso, lograr un valioso tanto en estadio ajeno.

Fue una inyección de moral para los 'Reds' que amagaron con un tiro a meta del holandés Ryan Babel que agarró con las dos manos Manuel Almunia.

El paso por vestuarios no alteró los planteamientos tácticos de ambos 'míster'. Se notó un cierto nerviosismo en los primeros compases de este segundo tiempo. Se palpaba la presión y el objetivo, ahora, era marcar: empezó amagando Kuyt, con respuesta rápida del meta navarro del Arsenal, y respondió el suplente Walcott -reemplazo de Van Persie-, con parada del cordobés del Liverpool.

Pero también hubo oportunidades para los marfileños Eboue y Kolo Touré, con mediación del omnipresente Cesc; y, claro, de Torres, que hizo peligrar la defensa londinense con varias ocasiones.

En el minuto 65 se produjo un penalti clarísimo que ignoró el colegiado holandés con una falta de Dirk Kuyt sobre el local Alexander Hleb que desató la protesta de las gradas.

El suplente alemán Nicklas Bendtner cometió una negligencia imperdonable para el conjunto londinense, al despejar sin intención un balón de Cesc Fábregas que iba enfilado a la meta de Reina y que hubiera podido desnivelar el marcador.

El voltaje aumentó sobremanera en los últimos minutos del encuentro, en los que más que nunca, se percibió el dominio total y absoluto del Arsenal de Cesc, el equipo que paradójicamente contará con desventaja en la cita definitiva en Anfield.

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