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El Madrid cambia de marcha

Laso está obsesionado con diseñar un equipo que defienda al límite e imprima velocidad al juego de ataque

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

'Hay que saber jugar en cualquier situación, pero sin olvidarse de los jugadores que tienes. Y a este Madrid le va la velocidad. Si no intentase correr, estaría limitando nuestras virtudes'. Pablo Laso, entrenador blanco, sabe que la Supercopa que arranca hoy en Bilbao, más allá del primer título oficial del curso y único trofeo que no figura en las vitrinas del club, es el examen final de la pretemporada. Enfrentarse al todopoderoso Barcelona en la semifinal calibrará las opciones de los dos grandes y, sobre todo, permitirá dibujar las intenciones con las que uno y otro afrontan la temporada.

'Hasta ahora he podido sacar cosas positivas y negativas de nuestro juego. Necesitamos tener una mayor consistencia y también hemos tenido en varios de los partidos disputados malos minutos defensivamente hablando analizó ayer el técnico madridista. Me ha gustado cómo hemos corrido y la velocidad que hemos tenido a veces en el juego. Para hacer esto, es necesario tener una buena defensa y tener continuidad. En el equipo tenemos varios nuevos jugadores que están asumiendo su rol rápidamente, pero que necesitan más tiempo para ajustarse a él'.

Una de esos nuevos, el principal por su repercusión, está prácticamente descartado para el encuentro de esta noche. Rudy Fernández no viajó ayer a Bilbao con sus compañeros. El escolta español padece unas molestias en la zona lumbar que le han impedido jugar más minutos en los amistosos y hoy se someterá a una resonancia magnética. Después podría incorporarse a la concentración del Madrid, pero se antoja improbable que juegue ante el Barça.

A falta de Rudy, la responsabilidad defensiva recaerá principalmente sobre Pocius. Laso ya alabó el miércoles al lituano tras el encuentro ante el Fuenlabrada, y su función será hoy primordial ante un conjunto tan peligroso como el azulgrana. El alero ya ha demostrado que si está inspirado dota al equipo de un equilibrio fundamental.

Ausente Rudy o como mínimo renqueante, la dirección de juego veloz que exige Laso gravita sobre los dos bases, Llull y Sergio Rodríguez. El canario parece haber asumido ya las intenciones de su entrenador: 'Nuestro ritmo de juego ha cambiado. Ahora es bastante más rápido, más alegre. En ataque es más vistoso y las cosas están saliendo bien. Se está jugando rápido, pero para poder hacer esto debemos realizar una buena defensa y, sobre todo, tenemos que controlar el rebote'.

Bajo los aros será primordial que Tomic explote de una vez, que Begic exhiba el poderío mostrado con Eslovenia en la Eurocopa y que Mirotic certifique su madurez. Felipe Reyes siempre acude al rescate y Velickovic deberá apretar si no quiere ver la puerta de salida.

Al Madrid no le queda otra que defender a muerte, engranar una marcha más larga y pisar el acelerador.

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