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De la manita de Messi

El Barça gana con autoridad en Lisboa en otra exhibición del poderío goleador azulgrana y con el argentino rompiendo a la zaga del Sporting. Guardiola pudo dosificar a su equipo

RUT VILAR

Al Barça le sobrará un partido y podrá preparar el clásico contra el Real Madrid sin cuentas pendientes en Europa. El equipo azulgrana se aseguró anoche con la victoria contra el Sporting de Portugal (2-5) el primer puesto del grupo, cosa que convierte el último encuentro de la liguilla contra Shakhtar en un mérito trámite, premios económicos aparte.

Con Messi pero sin Etoo. Si Pep Guardiola quería demostrar que su grupo no depende de nadie, anoche, como mínimo, dejó constancia en Lisboa de que a pesar de la ausencia del camerunés y con un rival generoso en los espacios, eso sí, como el Sporting de Portugal, el Barça puede ser igualmente ese equipo que sentencia los partidos en el cuarto de hora inicial. En la izquierda, debutó en la posición de lateral Martín Cáceres, uno de los que menos ha contado hasta el momento para el técnico catalán.

Henry abrió el marcador y Caneira lo cerró con un gol en propia meta

Paulo Bento, por su parte, optó por dar entrada en el once del Sporting a Pereirinha, pero no como lateral, que era donde se le esperaba, sino en uno de los interiores del habitual rombo sportingista. En el otro, jugó el polivalente Moutinho. Así las cosas, Caneira no se movió de la derecha en la defensa y Carriço continuó en el eje de la defensa con Polga, como el pasado domingo contra el Naval en la Superliga lusa.

A Guardiola le salió mejor su estrategia que al entrenador luso. De hecho, el primer gol azulgrana llegó de una combinación entre Henry y Messi. Esta fue otra de las sorpresas que dio el técnico azulgrana, pues el argentino fue quien jugó de delantero centro mientras que el francés, muy a su pesar, se colocaba en la izquierda.

En la primera parte el Barça volvió a parecer ese equipo que resuelve los partidos con sólo quince minutos. Al tanto de Henry, tras una buena jugada de Messi, sumó Piqué el suyo al aprovechar un balón muerto que dejó con la espalda Gudjohnsen tras un centro de Xavi.

Bojan salió y fue objeto de un penalti que él mismo se encargó de marcar

Solvencia en ataque y en defensa, donde se afianza la pareja de centrales Márquez-Piqué. Ayer la zaga azulgrana desquició a los delanteros del Sporting, que cayeron hasta seis veces en el fuera de juego los primeros 45 minutos. Tiraron la línea y pillaron a los rezagados y torpes delanteros del equipo lisboeta.

El segundo tiempo no podía comenzar mejor para el Barça. Messi marcaba el 0-3 y todo parecía sentenciado hasta que el partido enloqueció durante cinco o seis minutos. En el 65, Veloso de falta directa sumaba el primer tanto de lo portugueses. En el 66, Liedson culminaba en gol un contrataque. El miedo no llegó a penetrar en la piel de los azulgrana, solo un minuto después, Caneira en propia puerta volvía a distanciar a los catalanes en el marcador. El enredo no terminó ahí, Bojan, que había sustituido a Henry en el descanso, le sacó un penalti a Rui Patrício que además significó la expulsión del meta sportingista. Sin Etoo ni Messi -Pedro entró por él en el minuto 56- sobre el terreno de juego los compañeros dejaron al chaval lanzar desde los once metros. El gol devolvió a Bojan la sonrisa tras unos días difíciles tras firmar un partido gris contra el Getafe.

Víctor Valdés se sumó a este final histriónico e hizo su única parada a cinco minutos para la conclusión del encuentro con la cara.

 

 

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