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"El mejor nueve del mundo"

En el club están convencidos de que si Cristiano jugara de ariete su rendimiento también sería espectacular

LADISLAO JAVIER MOÑINO

El fútbol moderno es una guerra por los espacios en la que el balón marca el campo de batalla y, cuando se trata de ganarlos en el área, Cristiano es el más rápido. 'Si jugara de nueve, estamos convencidos de que también sería el mejor del mundo. Va bien de cabeza y es capaz de rematar con las dos piernas, lo tiene todo para jugar ahí', analizan en el club, asombrados con esa brutal capacidad goleadora que Cristiano está enseñando llegando desde atrás.

Apoyado en una punta de velocidad que alcanza los 33,6 kilómetros, según un estudio de Der Spiegel, el portugués se ha convertido en un goleador-llegador, en un buscador de agujeros en el corazón del área, donde suele presentarse con la ventaja necesaria para ejecutar a un toque. Bajo la dirección de Ferguson en el United, Cristiano empezó a trabajar esa condición de llegador. Muchos de sus goles en Manchester respondieron a esa capacidad para el desmarque en velocidad. 'Para la aceleración, es muy importante el primer paso', advirtió Cristiano durante una de las presentaciones de uno de esos estrambóticos pares de botas que acostumbra a lucir. En las instalaciones del United, llegó a recibir los consejos del mismísimo Usain Bolt.

'Antes era extremo y ahora se fija más en la portería', dice Carvalho de CR7

La defensa del Hércules comprobó el sábado que esa zancada corta, pero muy repetitiva sobre las punteras, y con los brazos caídos y rectos para conservar el equilibrio, es letal. La carrera corta de Cristiano recuerda a la de los gimnastas cuando van a saltar el potro: un esfuerzo que también requiere una gran capacidad de aceleración en un espacio corto. En su primer gol en el Rico Pérez, cuando Marcelo combinó con Benzema, Cristiano estaba fuera del área, un tanto caído a la izquierda. Entonces emprendió una diagonal explosiva hacia la frontal del área pequeña. Allí no había nadie. Allí se encontró con el rechace de Calatayud tras el remate de Benzema. Cuatro minutos más tarde, acompañaba al francés en una contra. También ligeramente volcado a la izquierda. Cuando cambió de ritmo, se fue decidido hacia el pico del área pequeña donde no había nadie. De esa diagonal ni se enteraron Cortés, Rodríguez y Pamarot. Otra carrera hacia el espacio para esperar en solitario el centro atrás de Benzema.

Cristiano lleva 44 goles en 46 partidos vestido de blanco, sale casi a uno por partido (0,93). El del ayer fue el cuarto encuentro consecutivo en el que marcó dos goles o más, una secuencia que nadie ha logrado en lo que va de siglo. Se ha enzarzado en un mano a mano con Messi por el Pichichi. Si otra vez la Liga va camino de la bipolaridad, la batalla por la condición de máximo goleador lleva las mismas trazas. La campaña pasada, ese combate se retrasó por las lesiones de uno y otro. En esta, están mirándose a los ojos desde el inicio del campeonato, con Cristiano (11) por delante de Messi (7). Contando todas las competiciones, ambos alcanzan los 15 goles, y Messi marca cada 77 minutos y Cristiano, cada 88. Números más propios de goleadores puros que de dos tipos que nacieron futbolísticamente pegados a la cal. 'Cuando empezó, jugaba más de extremo, ha cambiado su forma de jugar porque quería marcar más goles. Ahora se fija mucho en la portería y necesita el gol para sentirse bien en el campo. Ha cambiado para mejor', dice Carvalho.

Con Ferguson empezó a trabajar esa condición de goleador-llegador 

En el área, Cristiano maneja los códigos básicos de los cazagoles. Huye de los defensas. Cuando acude al remate, si está rodeado, trata de alejarse de ellos con un paso hacia atrás o a un costado para ganarles la espalda. En su tercer gol al Racing hace una semana, ejecutó esa maniobra de nueve de toda la vida. En el primero, volvió a romper a los centrales racinguistas por esa brutal capacidad de aceleración en espacios cortos. En el Madrid también echan flores a Higuaín cuando se trata de analizar los goles de Cristiano: 'No para de correr para abrir huecos. Hay ocasiones en las que está haciendo casi dos kilómetros más por partido que el año pasado'. Higuaín arrastra defensas con sus movimientos a los costados para el voraz llegador Cristiano.

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