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Metzelder, bajo el síndrome Woodgate

El quirófano será la solución a su fascitis

PEPE GARCÍA-CARPINTERO

En Frankfurt nadie le esperaba. El seleccionador alemán, Joachim Low, charlaba con sus ayudantes, Bierhoff y Kopke, sobre el partido que debían afrontar el miércoles ante Austria. Cuando por la puerta del cuartel general de la Mannschaft apareció la espigada figura de Metzelder. Sorpresa, incredulidad, dudas, se cruzaron en las primeras palabras de los presentes. El central necesita encontrar un remedio a sus males y voló apresuradamente el domingo hasta allí para reunirse con los médicos de su selección. 'Ahora mismo estoy escayolado hasta que se tome una decisión definitiva. Pero necesito saber cosas antes que decidan si me operan o sigo recuperándome mediante carrera continua', afirmó el central en su página web desde Alemania.

Metzelder buscaba respuestas, segundas opiniones, incluso terceras. Nada pinta bien en su recuperación. Una fascitis plantar le tiene prácticamente en el quirófano. El lunes regresó de Frankfurt con los informes alemanes y hoy hay prevista una cumbre médica en Valdebebas para dilucidar cuál es el destino final de su pie.

Fracaso de la onda corta

Hasta ahora, Metzelder había sido sometido a un tratamiento conservador (terapia de ondas de choque) que no ha dado el resultado esperado. El jugador se ejercitó con el grupo un día la semana pasada y volvió a resentirse y abandonaba la Ciudad Deportiva apesadumbrado.

Hoy se pondrán encima de la mesa dos posibilidades. O bien realizar una cirugía en la fascia, con lo que el jugador estaría mínimo dos meses fuera de los terrenos de juego; o bien seguir con la alternativa conservadora, que no ha dado resultado, y que sería todavía más larga. Pero la decisión final la tendrá el propio jugador. Metzelder, que llegó libre el pasado verano procedente del Borussia Dortmund, sólo ha podido jugar con el Madrid siete encuentros y acumula 585 minutos. Toda la temporada ha ido arrastrando estos problemas que tendrían como origen una lesión en el tendón de Aquiles en 2003 y que le tuvo apartado de los terrenos de juego cerca de ocho meses. La sombra de Woodgate es alargada.

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