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A Mourinho sólo le queda Florentino

El entrenador del Madrid pierde el favor del vestuario y de la afición

José Mourinho (48 años), nunca lo ha ocultado, es un profesional del fútbol. Puro y duro. De máximo nivel, trayectoria deslumbrante y, acorde a la excelencia de su currículum, sueldo multimillonario. Cuando en 2010 Florentino Pérez le contrató no lo hizo por madridismo. El presidente del mejor club del siglo XX actuó como suele, con mero criterio empresarial. Eligió al que creía, y sigue considerando, 'el mejor entrenador del mundo' y le encargó una misión principal: asaltar el trono balompédico mundial ocupado por el Barcelona. No lo ha conseguido y, por primera vez en sus 20 meses de estancia en España, la que era intocable figura del portugués se tambalea.

Más que la derrota copera del miércoles ante los azulgrana (1-2), lo que condena a Mourinho ante buena parte de sus futbolistas y de la afición hasta ahora entregados ciegamente a su causa es su nefasta gestión de la cita ante el Barça. Varias son las razones y efectos de esa fractura.

La suplencia de Albiol y el trato a Granero molestan al clan de españoles

El martes, 24 horas antes del clásico, la portada del diario Marca desvela que una lesión muscular impedirá la participación de Di María, futbolista primordial en el plano ofensivo. Mourinho, demasiadas veces más pendiente de lo accesorio que de lo principal, se tomó la filtración de la noticia como una afrenta personal. Aún busca el origen de la misma y, en una absurda ceremonia de la confusión, retrasó la lista de convocados y acabó incluyendo en ella al argentino, que finalmente no se vistió.

Aunque Mou intentó minimizar durante los días previos la importancia del partido, cualquier futbolista ansía jugar en una cita así. Las bajas de Arbeloa y Khedira dieron esperanzas a hombres poco habituales como Albiol, Varane o Callejón. El anuncio de la alineación cayó como una bomba en el vestuario. Por la propuesta miedosa y por lo injusto de la elección de algunos protagonistas. Los cambios, a contramano y con el Barça lanzado, hurgaron en la herida. Especialmente el de Granero, que ninguneado durante todo el curso fue puesto a los pies de los leones recién marcado el segundo gol visitante y con sólo diez minutos por delante.

Pepe fue señalado como culpable del gol del empate marcado por Puyol

El trato dispensado a Granero, al igual que la suplencia de Albiol, un campeón del mundo que se ve relegado por Altintop, Carvalho y Coentrao, duele especialmente a la facción española del vestuario que comandan Casillas y Sergio Ramos. Así, ambos deslizaron tras el encuentro sendas declaraciones con disimulado pero inequívoco tono de crítica. 'Nos adaptamos a la filosofía de Mourinho. Unas veces sale bien y otras no. A veces acierta con los cambios y otras no', opinó el defensa. 'No nos tienen comida la moral pero luego llegan unos partidos y otros... Nosotros tenemos que jugar nuestras armas. Ellos tienen una forma de jugar y hay que felicitarles pero nosotros tenemos que usar nuestras armas', señaló el portero. A los españoles tampoco les gustaron las veladas e inconcretas pullas del técnico tras la debacle, precisamente para defender a Altintop y Carvalho. 'Algunos que normalmente juegan muy bien, hoy no lo han hecho tan bien', acusó.

Menos unido está otro de los grupitos del vestuario blanco, el de los portugueses. Los futbolistas de perfil más bajo, casos de Carvalho o Coentrao, están alineados sin fisuras junto a su entrenador y paisano. La fidelidad de Cristiano y Pepe, sin embargo, no es tan sólida. Ronaldo se siente perjudicado por la cicatera propuesta de Mourinho, con el que ya mantuvo una seria discusión pública en 2007, cuando ambos ejercían en Inglaterra, uno en el United y el otro en el Chelsea. Entonces CR7 lanzó una acusación contra Mou que hoy resuena actual: 'Toda la gente sabe como es él (Mou), siempre tiene algo que decir, porque no logra admitir sus fracasos'. La reciente campaña del técnico portugués en defensa de Cristiano quizás tenga como trasfondo el deseo de Mou de conservar el favor de la estrella blanca.

The Guardian: 'Mou vivió ese sentimiento tan familiar de hundimiento' 

Ni a Cristiano ni a Pepe les hizo mucha gracia que uno de los sacrificados ante el Barça fuera Marcelo, su amigo del alma. Así, CR7 acudió al banquillo a celebrar el 1-0 con un efusivo abrazo al brasileño. Luego, tras el enésimo recital violento de Pepe, su entrenador no sólo le defendió de forma muy tibia, sino que insinuó dos veces que el Madrid se desmoronó por su fallo en el marcaje de Puyol en el córner del empate.

Tampoco ayuda a Mourinho la repercusión internacional que tiene cada derrota ante el Barça. Como resumen de lo publicado ayer en diarios de todos los países, el inglés The Guardian señala que Abidal le proporcionó a Mourinho 'ese sentimento tan familiar de hundimiento', así como 'de derrota e impotencia'.

Mourinho ha herido el apoyo de buena parte del madridismo, que considera una humillación la actitud con la que se encaró el choque ante el enemigo histórico. Antes del clásico, el luso despreció el significado que tiene cada enfrentamiento con el Barça. '¿Prestigio? Lo que me juego en cada partido es mi satisfacción personal', presumió. Tras la derrota fue aún más osado: 'Yo entiendo siempre a la afición, pero no escucho'. Mejor para él pues en las encuestas realizadas después del encuentro los seguidores blancos le atizaron como nunca por su planteamiento y falta de recursos. ¿Escuchará Florentino al madridismo?

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