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Munir da el pase al Barça en un derbi catalán en el que imperó la calma

La tensión de los anteriores duelos entre el Espanyol y el Barcelona se atenuó, aunque apareció en los minutos finales de un partido que los del Luis Enrique tuvieron controlado en todo momento gracias a los dos goles del canterano Munir (0-2)

El delantero del FC Barcelona Munir El Haddadi (i) celebra con su compañero, el delantero argentino Leo Messi (d), el gol que ha marcado, el primero del equipo frente al Espanyol, durante el partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey que se juega hoy en el RCDE Stadium, de Cornellà-El Prat. EFE/Toni Albir

EFE

BARCELONA.- El Barcelona certificó su pase a los cuartos de final de la Copa del rey frente al Espanyol, en Cornellà-El Prat, en un partido muy plácido para los azulgrana, con dos goles de Munir y con un fútbol sin alardes en el que destacaron las apariciones de Messi, el mejor del duelo.

Quizá el esquema inédito de Luis Enrique, un 4-2-3-1 con Sergi Roberto y Rakitic, frenó su inspiración habitual. El cambio de dibujo fue lo más destacable en el plano futbolístico. En lo extradeportivo, la tensión de los anteriores derbis se atenuó, aunque apareció en los minutos finales.

Quizá el esquema inédito de Luis Enrique, que jugó con un 4-2-3-1 con Sergi Roberto y Rakitic, frenó la inspiración habitual de su equipo. Messi fue el mejor del partido

El Espanyol arrancó con la misma intensidad que en los capítulos anteriores. Las revoluciones de los de Constantin Galca eran mayores que las azulgrana y los de Luis Enrique, con nuevo esquema, tenían dificultades para crear juego. De todos modos, estuvieron a punto de sorprender a Bardi con un latigazo de Messi en el minuto diez.

Quedaba claro que el Barcelona, aún aletargado, necesitaba muy poco para decantar el pulso. El anfitrión, por su parte, no conectaba con el ecuatoriano Felipe Caicedo, su referencia. Sin acercamientos locales, salvo tiros lejanos, ni destellos de las estrellas del Barça, el ritmo del encuentro se ralentizó en estos primeros compases.

Messi era el único que agitaba el juego en Cornellà. Sus combinaciones y cambios de ritmo era un reto para la defensa local. En el minuto 23, tras una carrera individual, obligó al meta a lucirse de nuevo. También se dejaba llevar el Espanyol, con un cabezazo de Ciani después de un saque de esquina en el 29.

El partido parecía destinado a cambiar. Y lo provocó el Barcelona. Fue Munir, a la media hora, el que rompió el empate con un recorte ante Bardi y sentenció, aún más, la eliminatoria. La asistencia fue del nuevo Balón de Oro, muy inspirado el argentino, con ciertas facilidades de los centrales de Galca.

El Espanyol pudo cambiar el guión antes del descanso. Caicedo se hizo con el balón tras un error de la defensa, pero falló el ante Ter Stegen

El Espanyol pudo cambiar el guión justo antes del descanso. Caicedo se hizo con el balón tras un error de la defensa, pero falló el uno contra uno ante Ter Stegen. Antes, el ecuatoriano vio una tarjeta amarilla por cargar con el hombro contra el meta en un saque de portería.

En la reanudación, Caicedo salió dispuesto a compensar su disparo frente al meta alemán. El internacional se mostraba ahora mucho más activo. Y más cercano al área rival. Aún así, salvo estos acercamientos, el control del Barcelona era claro. Sin grandes esfuerzos, su dominio del balón marcaba los tiempos del choque.

Los pupilos de Luis Enrique ya tenían el pase a cuartos de final en el bolsillo desde hacía tiempo, pero querían irse a los vestuarios con un marcador más abultado. De ahí la mirada de Messi a Munir en el 70, cuando el argentino no recibió el balón de su compañero en zona de peligro.

Galca tampoco se conformaba y refrescó el ataque dando entrada a Mamadou y a Gerard Moreno. Con tres delanteros acabó el partido el Espanyol, toda la artillería de la plantilla blanquiazul. De todos modos, parecía imposible para el anfitrión inquietar a Ter Stegen, que disfrutó un encuentro plácido.

Con el partido acercándose al final, un encontronazo de Álvaro con Leo Messi acabó con el azulgrana en el césped, sin consecuencias físicas ni tarjetas. Justo después Rakitic veía la amarilla y Adriano recibió su cartulina en el 84. Las revoluciones del derbi crecían.

La afición local ya no esperaba nada. Y empezó a desfilar en masa con el segundo gol de Munir, en el minuto 88, en posición dudosa de fuera de juego. Tras dos saques de esquina para el Barcelona, el árbitro cerró el serial.

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