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Nadal se enfrenta a sus obsesiones

En el abierto de Estados Unidos, hoy, la final ante Djokovic

G. CABEZA

El tenis es un ajedrez de movimiento vertiginoso. En los grandes partidos importa el ritmo, pero por encima de todo están las sensaciones, los miedos, los recuerdos de los enfrentamientos previos. Los tenistas son metódicos hasta el hastío, suelen recordar todos los puntos de cada partido que han jugado previamente. Por eso Nadal entrará hoy a la final del Abierto de Estados Unidos (22.00 H., Canal +) con desventaja, como si jugase con negras y su rival, Djokovic, llevase la iniciativa.

Los recuerdos de este año son calamitosos. Nadal ha perdido cinco finales contra su rival de hoy, siempre se ha visto superado por él, en todas las superficies y circunstancias. Le venció en Indian Wells, Miami, Roma, Madrid y Wimbledon. De hecho Djokovic sólo ha perdido dos encuentros, la semifinal de Roland Garros, contra Federer, y la final de Cincinnati, contra Murray, en la que se retiró lesionado. Su temporada compite con las mejores de todos los tiempos, como la de McEnroe en 1984, en la que sólo perdió dos partidos, curiosamente también en Roland Garros y Cincinnati.

El español, que venció a Murray, busca su undécimo Grand Slam

Para llegar a esta final se tuvieron que dar unas semifinales que recordaron mucho a las del pasado año. Djokovic venció a Federer en un partido agónico con dos bolas de partido en contra. Nadal se impuso en semifinales a Murray (el año pasado a Youzhny) en un partido cómodo en el que sólo sufrió en el tercer set para terminar ganando con un claro 6-4, 6-2, 3-6 y 6-2.

La final difícilmente será tan plácida. Djokovic ha demostrado este año un mejor tenis que Nadal en casi todos los compases de la temporada y el español, que es consciente de ello, abraza el papel de víctima. 'Él esta perfecto en todos los ámbitos. Podría haber perdido su partido ante Federer, porque enfrente tenía a un jugador excepcional, pero le veo muy bien', comentaba el número 2, que busca su undécimo grande por el cuarto de Djokovic. Poco después dio el antídoto para vencer hoy: 'La única forma de hacerle daño es estar yo espectacular, es lo que hay que buscar, sin obsesionarse, con calma'.

Una vez más, la mente como argumento. Nadal, que fagocitaba a Federer en sus enfrentamientos desde el primer punto, ahora sabe por fin lo que es sentirse por debajo de un rival. En el juego psicológico intenta ver las ventajas de llegar por debajo en las apuestas. 'Debo estar fresco de cabeza para aguantar todas las situaciones que puedan darse. Para esta final no soy favorito y eso te da una tranquilidad extra', dice, pensativo, horas antes de la gran batalla.

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