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Nadie conoce a nadie

Button amenaza con hacer sombra a su paisano Hamilton. Raikkonen y Massa buscan aprovechar la depresión de McLaren. Kubica y Alonso, la tercera vía

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

En la patria de la F1, Inglaterra, Jenson Button, un piloto gris que hace un mes estaba sin equipo, hace sombra a su paisano Lewis Hamilton, el campeón del mundo más joven de la historia y líder de McLaren, la escudería nacional por excelencia. A Button le han bastado un puñado de entrenamientos a los mandos del bólido blanco inmaculado, sin un solo patrocinador, de Brawn GP para convertirse en favorito al título. Hamilton aterrizó en Australia con muchas dudas y escasa fe en la solvencia de su nuevo coche.

Así se presenta el Mundial que arranca el domingo a primera hora (8.00, La Sexta) en Melbourne. La pretemporada ha retratado a escuderías y pilotos. No hay duda sobre quiénes han trabajado más en la fábrica y quiénes mejoran la máquina con solo mirarla.

Ahora toca afinar en boxes y pisar el acelerador sobre el asfalto . Amén de la realidad o ficción de los sorprendentes Button, Barrichello, Rosberg o Trulli, dos hombres afilan el cuchillo. La pareja de Ferrari intentará sacar tajada de la depresión que anida en McLaren. Massa, porque aún le escuece el título saboreado y perdido en Brasil; Raikkonen, para tapar las bocas que, fuera y dentro del equipo, dudan de él.

A su vera, sin ruido, aguarda Kubica, el polaco de BMW que ya no puede ir, como en 2008, de tapado. Junto a él, también al acecho, su amigo Fernando. Poco dado a las frivolidades, Alonso cree que su Renault está un escalón por debajo de aquellos bólidos que se han mostrado más rápidos, pero no oculta que el R29 ofrece argumentos para soñar.

Desde su tormentoso portazo a McLaren, el español, ambicioso, vive obsesionado con el tercer título mundial. Son ya quince largos meses de trabajo en pista, en boxes y en fábrica. Mañana, en la parrilla, el ruido de los motores silenciará todas las teorías.

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