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Navarro vuela hasta Londres

El escolta anota 35 puntos, conduce a España a la final del campeonato y asegura la presencia en los Juegos

GONZALO CABEZA

Pasarán los años y quedará este equipo en la memoria. Es improbable que otra selección española de baloncesto llegue nunca a este nivel. Difícilmente otros combinados europeos se acercarán. Son todos muy buenos y parecen absolutamente felices por jugar a este deporte. La generación más brillante, la de Pau Gasol, Navarro y Calderón, no durará mucho más. Quizá la última prueba será volver a demostrar su inmenso talento en los Juegos Olímpicos el año que viene. Al gran campeonato acudirán gracias a la victoria contra Macedonia, que además de sellar el billete a Londres dio paso a la final de mañana en la que España, una vez más, será favorita.

Esta vez le tocó a Navarro ser la estrella y, cuando la Bomba se entona, el baloncesto merece mucho la pena. Las mete de todos los colores. No le importa la posición, ni el reloj ni el equilibro. Su tiro es un desafío a las normas de la física y su juego, alegría. La exhibición duró algo más de 20 minutos y cristalizó en un tercer cuarto memorable en el que anotó 19 puntos. Al final del partido se fue con 35, una cifra sólo apta para las grandes estrellas.

La exhibición de ‘la Bomba’ impidió a los macedonios imponer su ritmo

Navarro demuestra su clase siempre, pero aún más en los momentos calientes. Él ya ametralló a Eslovenia en cuartos y hoy siguió la misma vereda con Macedonia. Si la racha sigue en la final, España estará muy cerca del oro.

Junto a él destacó Pau Gasol, en un partido típico de él. No parecía estar rozando la excelencia, fallón en algunas partes incluso, pero acercarse a su línea en la hoja de estadísticas siempre asombra. Anotar 22 puntos y coger 17 rebotes es algo con lo que el resto de pívots de este Europeo sueña pero difícilmente lo consigue. Gasol lo hace casi sin sudar.

Pau Gasol logra 22 puntos y 17 rebotes sin apenas asomarse al partido

Enfrente estaba la gran sorpresa del campeonato, Macedonia. Los balcánicos son un equipo llamativo, muy consciente de sus defectos y que sabe explotar bien sus virtudes. Mueven con clase el balón, tienen grandes tiradores y un jugador bendecido llamado McCalebb. El base de origen americano es una bala de cuerpo pequeño que siempre encuentra el pasillo en la zona para llegar al aro. Sus conceptos y velocidad le hacen un jugador especial, diferente, muy brillante. Lo intentó todo para mantener en marcha a su equipo, pero no fue suficiente. Macedonia tiene demasiadas carencias para desafiar en serio a la mejor España. Su defensa, normalmente brillante, naufragó. Cualquiera lo hubiese hecho ante el monólogo de Navarro. Su apuesta por los ritmos bajos -hasta que la toca McCalebb- y los tanteos escuetos no pudo ser puesta en práctica. España marca el paso, no permite que nadie lo haga por ella.

La selección tiene los argumentos necesarios para ganar este campeonato. Scariolo a estas alturas ya ha decidido estrechar al máximo la rotación. Ni Sada, ni Claver, ni siquiera San Emeterio, jugaron. En el peor de los casos se irán con una plata en el cuello y unas cuantas lecciones de baloncesto impartidas por sus compañeros. 

92 - España: Calderón (3), Navarro (35), Rudy (2), Pau Gasol (22) y Marc Gasol (11) -cinco inicial-, Ricky (5), Llull (3) e Ibaka (11).

80- Macedonia: McCalebb (25), Ilievski (15), V. Stojanovski (6), Antic (17) y Samarziski (12) -cinco inicial-, Sokolov, D. Stojanovski (3) y Chekovski (2).

Árbitros: Facchini (ITA), Dozai (CRO) y Gontas (GRE). Sin eliminados.

Kauno Arena: 10.000 espectadores.

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