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Negros sobre blancos

Bilbao culmina la gran sorpresa y pasa a la final tras eliminar al Real Madrid

ALBERTO CABELLO

En plena estación borrascosa la ACB ha encontrado otra plaza fuerte. El baloncesto se ha colado en Bilbao. Primero se necesita un equipo con el corazón como una sandía. Luego un pabellón de esos que invita a la fiesta. Por ese camino se hicieron Baskonia, Valencia o Málaga. Ahora le toca a la capital vasca. Una ciudad futbolera hasta la ría que ahora tiene que compartir su aliento con unos hombres de negro que pasaron por encima de los hombres de blanco. Su equipo disputará la final de la ACB tras eliminar al Real Madrid (3-1). La fiesta ya es grande pase lo que pase en la eliminatoria definitiva ante el Barcelona.

Lo más sorprendente de esta proeza es la falta de vértigo de este grupo. Le dieron la vuelta al partido en los últimos minutos del periodo decisivo. Un equipo que jamás había ganado un partido de eliminatoria liguera le roba la cartera al Real Madrid. Sin miedo, con caras de evidente cansancio, pero sin la más mínima intención de bajar los brazos. Los equipos solidarios tarde o temprano siempre tienen alguna recompensa.

El conjunto de Katsikaris supo esperar su momento. Molin había descifrado el por qué de la derrota del pasado martes. Se había jugado al ritmo que había querido Bilbao. El técnico blanco hizo algunos cambios en la orquesta para que se dejara oír su melodía. El primer paso para frustrar la estrategia de los de negro fue cargar con fuerza el rebote ofensivo. No se cortó un pelo Molin en dejar en pista durante varios minutos a sus dos cincos para pelearle los rechaces a los locales.

La receta salió en su punto. A los locales ya les costó mucho más anotar. El triple no caía y el Madrid cerraba bien su aro. El partido era de los madridistas. Fischer y Tomic parecían imparables en la zona. Hasta que de repente todo se vino abajo. El equipo volvió a derretirse a sentirse superado por una situación a la que sus jugadores deberían estar más que familiarizados. No fue así. El enorme espíritu de Bilbao con un Jackson genial en la dirección dejó sin respuesta a jugadores y banquillo.

Al Real Madrid habría que aplicarle esa frase de Bob Dylan cuando dice que para él el futuro ya es pasado. Desde hace unos cuantos años en este equipo se habla de la juventud, de lo bueno que está por llegar, pero de momento pocas conquistas aparecen mientras que las temporadas van pasando. Así que el futuro se van transformando en presente, tardará poco en ser ayer y el equipo blanco sigue casi en la misma casilla de salida. En la misma posición de origen, pero con uno de los mejores entrenadores europeos saliendo escopetado por el camino.

La eliminación ante el Bilbao en las semifinales de la ACB es un episodio más en esta sucesión de pasos adelante y atrás por la que discurre el camino de la sección en los últimos años. El equipo parece una ciudad dormitorio a la que sus habitantes van y vienen sin tener qué es lo que se pretende de ellos. Cuerpo técnico, directivos, jugadores. A todo el organigrama es susceptible de serle aplicada esta idea. La sensación, un año más, es que el Real Madrid no sabe muy bien qué hacer con el baloncesto. No supieron, por ejemplo, que hacer con Hervelle y ayer se convirtió en uno de los héroes de la noche con una canasta excelente cuando sólo había dos puntos de margen en el marcador.

Bilbao: Jackson (17), Blums (5), Mumbrú (15), Hervelle (6) y Mavroedis (8) -cinco inicial-, Fisher (6), Warren (4), Banic (12), Vasileiadis (7)

Real Madrid: Prigioni (8), Llull (13), Suárez (7), Felipe Reyes (6) y Tomic (17) - cinco inicial- Mirotic, Sergio Rodríguez (6), Velickovic, Begic, Fischer (12), Tucker (3)

Árbitros: Hierrezuelo, Martin Bertrán y Conde.

Bizkaia Arena: 8.510 espectadores. Bilbao se clasifica para la final de la liga ACB tras eliminar al Real Madrid (3-1). Disputará la final a cinco partidos ante el Barcelona, a partir del próximo jueves. 

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