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"Si levanto los pies del suelo, mi familia me los baja en un momento"

Gonzalo Pérez de Vargas es el chico de moda del balonmano español. Elogiado por propios y extraños por su gran Mundial en Qatar, ha sido decisivo en más de un partido. Hoy España lucha con Túnez por una plaza en cuartos

Gonzalo Pérez de Vargas hace una parada contra Chile. EFE/Armando Babani

EDUARDO ORTEGA

Ni aunque hiciera más de 40 grados, se alteraría lo más mínimo. Seguiría siendo, seguramente, el tipo agradable, ni una palabra más alta que otra. Gonzalo Pérez de Vargas (Toledo, 1991) es el chico de moda del balonmano español. El chaval de tez y ojos claros y semblante simpático que parece no haber roto jamás un plato. "Bueno, no todo todo es verdad", advierte divertido, como queriendo dejar entrever que también él tiene sus diabluras, aunque sea imposible pensar que aún así esas maldades pasen de bromas o jugarretas entre amigos. Pero no, en Doha (Qatar), donde desde el 15 de enero luchan por revalidar el título mundial de balonmano, se respira un ambiente canario. Temperaturas agradables y sol, aunque no lo vean mucho. "Hemos salido un par de días al zoco y enfrente también tenemos un centro comercial. Pero es verdad que estamos la mayoría de los días en el hotel y se hace todo un poco repetitivo. Pero bueno, ya sabemos para lo que estamos aquí. Y lo llevamos sin problema", concede Gonchi. Hoy juegan ante Túnez por una plaza en cuartos, tras una impecable primera fase en la que, de menos a más, hicieron pleno de victorias.

-Ha hecho usted olvidar el debate sobre la baja de Sterbik.

Bueno, creo que vamos a tener que estar con ese debate hasta que acabe el campeonato. Sterbik tiene una calidad que le hace ser uno de los mejores porteros del mundo, si no el mejor. Entre Sierra y yo tenemos esa papeleta de sustituirle, pero lo que queremos es que se acuerden de nosotros, no hacer olvidar a Sterbik. Por ahora, en la primera fase, lo hemos hecho bien, el equipo está con nosotros. Y esa confianza la notamos y se plasma luego en la pista.

-Le llueven los elogios de compañeros propios y ajenos y los premios en algunos partidos. ¿Trata de aislarse?

Sí, porque al final por muy bien que hayamos jugado la primera fase, tenemos un partido malo este domingo y se acabó. Ojalá pudiesen hablar bien de nosotros porque hemos ganado una final y ante rivales de entidad. Sí que es verdad que se agradecen los elogios y que es bueno para el estado de forma que hablen bien de ti, pero, al final, no sirve de nada si luego nos dejan fuera.

-Parece el niño bonito del balonmano español. El chico de moda.

(Risas) Soy también de los más jóvenes y eso se nota. Sí que es verdad que algunas veces me han dicho que tengo cara de niño bueno, de no haber roto nunca un plato (risas)…

-¿Y es así?

Bueno… todo todo no es verdad (risas).

-¿Cómo tiene los pies en el suelo un portero del mejor equipo de España y de una de las mejores selecciones del mundo?

Al final, soy un recién llegado al Barça y a la selección. Por desgracia, no tengo un gran palmarés y, aunque se agradecen las buenas palabras, lo que queremos los jugadores es ganar títulos. Hasta que no lleguemos lejos en el Mundial o gane una Copa de Europa, cualquier crítica o elogio se tiene que relativizar. Y en eso estamos.

-Y cuando llegue todo eso, ¿cómo hará para que no se le suba? ¿Está preparado para ello?

Para ganar títulos espero que sí (risas). Una vez que empiezas a ganar, quieres ganar más y yo tengo un gran espíritu competitivo. Pero, por suerte, tengo gente muy cerca de mí, como mi familia. Y, si alguna vez ha habido momentos en que he tenido los pies fuera del suelo, ellos en un momento ya me los han bajado y me han devuelto a la realidad.

"No quiero olvidar a Sterbik ni a nadie, sino que me recuerden a mí"

-Dicen de usted que tiene lo mejor de algunos de los mejores de siempre de España, como Lorenzo Rico, Barrufet o Sterbik. ¿Usted también lo cree?

En España, por suerte, tenemos un historial de porteros muy bueno, y no me importaría ser el siguiente en esa lista. Pero, si nos ponemos a comparar lo que han ganado ellos con lo que he conseguido yo…, ahora mismo estoy empezando. Los tengo como ejemplo, como línea a seguir, pero sin pensar mucho en eso.

-Pero si se compara con ellos en cualidades, ¿cómo se ve?

Todos esos, salvando a Lorenzo Rico, del que por desgracia no he podido ver muchos vídeos suyos, y sumando también a Hombrados, tenían unas cualidades físicas diferentes a las mías. Todos son más altos y más grandes que yo. Tengo que suplir esas carencias con otras cosas. Me defino como un portero rápido, intuitivo y regularidad. Ese soy yo.

-¿Cree que aún necesita mejorar en algo?

Siempre se puede mejorar. El que te diga que no, es mentira. Me gustaría mejorar en aspectos físicos como la flexibilidad. Por otro lado, ahora estamos en una buena dinámica ganadora, pero cuando es negativa es difícil estar tan bien. Y eso se puede trabajar también, hay que tener más experiencia. El saber estar también en los momentos difíciles es algo que me gustaría mejorar.

Gonzalo salta para detener un balón ante Eslovenia. AFP / MARWAN NAAMANI

Gonzalo salta para detener un balón ante Eslovenia. AFP / MARWAN NAAMANI

-¿Cómo ha logrado madurar y no venirse abajo en los peores momentos?

Aunque parezca que no, llevo cuatro o cinco años en primera línea competitiva. Y esos primeros años también he pasado por esos momentos malos y de venirme un poco abajo. Entonces aprendes de eso. Ahora mismo estoy en un gran momento, con mucha confianza, y es más fácil.

-Está acostumbrado a recibir muchos golpes en la portería, mucho balonazo. ¿Tiene que parar muchos en la vida?

No, en la vida por suerte no. Tengo una vida muy tranquila, muy estable. Estoy muy agradecido con lo que tengo, no puedo pedir mucho más.

-¿Se sorprende de ser uno de los porteros de España siendo tan joven?

He tenido la suerte de que el cambio generacional se ha producido así. Sí que es verdad que los porteros suelen tener su madurez deportiva a partir de los 30. Pero en los últimos años también hemos visto casos como el de Landin [danés de 26 años que juega en el Rhein Neckar alemán] que lleva cinco años al máximo nivel. Esperemos tener portero para rato conmigo (risas). No es normal que un portero de 24 años vaya a la selección, así que intentaré aprovecharlo y venir muchas veces.

-Si llega a ser una estrella de la portería, ¿uno puede vivir de ello ahora y cuando se retire?

Tras la retirada sería muy difícil. Sí que es verdad que si has hecho buenas inversiones, si te has movido antes de la retirada, puedes tener mejores opciones, pero no como para vivir de ello. Es muy complicado.

-¿Es por eso que estudia ADE?

Sí, algo que tengo muy claro desde que empecé es que quería tener mi título. Igual que en el balonmano, también tengo a mi gente, a mi familia cerca, que me lo recuerda y si Dios quiere en un par de años o tres ya habré acabado mi carrera.

Sobre las nacionalizaciones de Qatar: "Los jugadores miran por sus intereses. Si está permitido, que lo hagan si quieren"

-Cuando se retire, ¿a qué le gustaría dedicarse, por tanto?

A algo relacionado con las dos cosas. Me gustaría ser gerente o dedicarme a la dirección de entidades deportivas. Aunque espero que para mi retirada quede mucho, y puede que surjan cosas que quizás uno no tenía pensado.

-Si no siempre puede aparecer Qatar con sus petrodólares para hacerle la retirada más cómoda…

Sí, pero estamos hablando de aquí a diez o quince años y entonces a lo mejor se han aburrido ya del balonmano y no quieren invertir en ello. O a lo mejor todo lo contrario. Hablamos de cosas que quedan muy lejos. Si surgiera la oportunidad, me lo plantearía, pero ahora mismo no pienso en eso.

-¿Qué le parece todo lo extraño que rodea al Mundial? Las gradas vacías, aficionados extranjeros contratados, nacionalizaciones en Qatar…

Ellos querían hacer su Mundial y estar a la altura en todo. Yo creo que a medida que han ido pasando los partidos los pabellones han estando cada vez más llenos. Lo vamos a ver este domingo, que estará a reventar de tunecinos, y cuando lleguen los partidos importantes y los de Qatar. En cuanto a las nacionalizaciones, es algo que la normativa lo permite. Es más un problema de la IHF [Federación Internacional de Balonmano] que de los jugadores. Al final, los jugadores miran por sus intereses. Si está permitido, que lo hagan si quieren.

-Hoy llega Túnez. ¿Lo mejor viene después?

No podemos pensar más allá porque entonces nos estaríamos equivocando. Estamos viendo un Mundial muy igualado y Túnez no se escapa de ello. Sería un error pensar en el siguiente cruce sin pensar en los octavos. Si ganamos, después tendríamos dos días y medio de descanso, así que creo que es obligatorio y necesario pensar cien por cien en el equipo africano.

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