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"No teníamos ni entrenador"

Cinco futbolistas españoles se quedan en paro tras la expulsión del Mouscron de la liga belga

LADISLAO JAVIER MOÑINO

'En las últimas semanas te presentabas al entrenamiento y te decían que qué hacías allí, que el club ya no existía. Ibas otro día y te entrenabas normal. Nunca sabías qué iba a pasar. La situación era insostenible por la incertidumbre y por eso seguimos con la huelga, aún sabiendo las consecuencia', relata Micó, uno de los cinco futbolistas españoles que se ha quedado en paro por la quiebra económica del Excelsior de Mouscron (55.000 habitantes).

Jonathan Aspas, Salcedo, Cortell y Moreno son los otros cuatro emigrantes españoles que en verano decidieron probar suerte en la Liga belga atraídos por un proyecto diseñado para disputar la Liga Europa y por las caras conocidas de Djukic (entrenador), Juan Sánchez (ojeador) y Carboni (director deportivo). 'Todo empezó hace dos meses. Juan Sánchez y Carboni se fueron por discrepancias con la directiva y ya no cobramos. Había reuniones todos los días, pero a nosotros nadie nos decía nada', contaba ayer Moreno camino de la sede del Excelsior, a la que acudió para recoger la carta de libertad. 'No nos querían dejar libres hasta el 31 de enero porque el liquidador (sic) pretendía seguir con el club si lograba vender a algún jugador. ¿Pero dónde vas el 31 de enero con el mercado cerrado?', apunta Micó.

Lo cierto es que la plantilla del Excelsior, con el internacional belga Bassegio a la cabeza, decidió el pasado domingo no presentarse por tercera vez consecutiva a un partido, lo que supuso la expulsión del club de la competición. 'Al principio fue incómodo porque los aficionados nos increpaban, pero al final en los últimos momentos ya nos daba igual. Así no se podía seguir. Ya no teníamos ni entrenador. Cuando Djukic dimitió se hizo cargo del equipo el preparador de porteros y también un chico que estaba en el filial, pero que no era ni entrenador', cuenta Micó, canterano del Valencia.

'Al principio nos dijeron que era un problema con la licencia, después que una deuda de 800.000 de euros y ahora parece que es de 9,5 millones de euros. Fue el club el que nos incitó primero a la huelga. Luego, los jugadores decidimos continuarla', afirma Jonathan. 'Yo estaba bien en el Piacenza, pero me llamó Juan Sánchez, con el que me unía una amistad personal de mis tiempos en el Celta. Me ofrecieron un contrato de tres años que no estaba nada mal y allí que me fui', prosigue el gallego.

De los cinco, Aspas es el de mejor currículum. En 1999, con 16 años, su desborde y su gran pierna derecha ya le habían hecho debutar en el Eurocelta de Víctor Fernandez y proclamarse campeón de Europa sub 16 con una generación liderada por Reina y Arteta. Ahora será difícil que olvide 2009: 'Estoy en casa recuperándome de una rotura del ligamento cruzado. Cuando aparecí en la élite era muy joven y las expectativas eran muy altas. Nunca pensé que todo iba a ser tan duro, pero las circunstancias te marcan el camino'.

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