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"Nuestro error es vivir del pasado y no del presente"

Sustituyó a Cadenas como solución de urgencia y el título en la Copa del Rey le ha asegurado dirigir el nuevo proyecto blaugrana durante la próxima temporada

NOELIA ROMÁN

Fue cocinero antes que fraile y ahora aplica las recetas aprendidas a un grupo necesitado de condimentos innovadores. La primera prueba para Xavi Pascual llegó demasiado pronto. La segunda, de nuevo ante el Ciudad Real, le coloca ante la posibilidad de ganar su primera Copa del Rey.

Debutó ante el Ciudad Real, que les echó de Europa, y ahora se lo encuentra de nuevo en la final de la Copa. ¿Es el peor estreno posible?

No. Las cosas son como son y hay que afrontarlas cuando suceden. No me escondo ante las dificultades: las afronto de la forma más positiva y tranquila posible.

Pero ¿prohibiría los debuts contra el Ciudad Real?

No. Es un gran equipo, pero debutar contra ellos es una anécdota. A nadie le gustaría tampoco debutar contra el Barça.

Táctica y técnicamente, ¿qué le hace superior al resto?

Que mantiene un bloque desde hace varios años; que tiene un trabajo colectivo acumulado y jugadores de una calidad individual brutal, capaces de poderse saltar el nivel estratégico y táctico del equipo. Eso les hace un equipo extremadamente peligroso. Pero creer que ante ellos no tenemos nada que hacer es un error. No sería lógico jugar un partido pensando que puedes perder.

¿Cómo explica el paso atrás dado por el Barça los últimos años?

No es algo a lo que yo tenga que buscar explicaciones. La situación es la que es, cada cual tienen sus responsabilidades y yo no puedo mirar lo que pasó hace tres años o diez. El pasado, bueno y malo, es pasado. No me importa cómo se ha llegado a esta situación. Es la que hay y yo tengo que analizar cómo sacar rendimiento ahora.

¿Qué aportará para ello?

El equipo ya ha dado un paso adelante importante: somos más sólidos, tenemos más confianza en nosotros y nos hemos acostumbrado a luchar mucho para salir adelante, cosa que no había pasado antes. Eso faltaba y nos ha permitido levantarnos en momentos muy adversos.

¿Era una cuestión psicológica o de falta de entendimiento con el anterior técnico?

Son los jugadores los que tienen que saber qué relación tienen con los entrenadores. No es fácil llevar a un grupo y hay que encontrarle el punto de dirección.

Este grupo se ha cargado a tres entrenadores (Valero, Espar y Cadenas). ¿Es conflictivo?

Hablamos de cosas irreales: lo que hizo Valero (Rivera) aquí no ha pasado en ningún otro sitio. Es un modelo idílico, que se dio en un momento determinado, pero es pasado. Estamos viviendo del pasado cuando hay que vivir el presente, analizar lo que nos falta y poner remedio.

¿El problema es que nadie ha asumido la actual realidad?

No sé si ése el problema, pero sí que cada uno tiene que saber lo tiene que hacer.

Decía que lo de Valero es irreal, pero en balonmano es frecuente ver a entrenadores muchos años en el mismo banquillo.

Comparamos con el fútbol y con el baloncesto y eso es un error. Nuestra realidad no es la misma y los cambios son naturales. Quizá dentro de cuatro meses, yo no esté aquí. Hay que vivir el presente. Ése es uno de nuestros errores: vivir del pasado o del futuro y no del presente, en el que nos queda una Copa y una Liga cuando parece que todo el mundo nos da por enterrados. Probablemente, nos las ganemos o quizá sí, pero, como mínimo, hay que intentarlo.

¿Le afecta depender de una directiva cuestionada, que ha destituido ya a dos técnicos?

No me lo planteo. Sólo pienso en la Copa, si no incurriría en el mismo error que se ha cometido mucho tiempo: vivir del pasado o del futuro. Tenemos los jugadores que tenemos para ganar esta competición y no vale lamentarse. Lo que vale es ganar. Si después no lo conseguimos porque han sido mejores que nosotros, les felicitaremos. Pero quiero que el equipo se lo deje todo en la pista y no tengo duda de que lo harán.

¿Le han dicho si su continuidad depende de los títulos?

No me han dicho nada. La gente que decide lo hace pensado que es lo mejor.

¿Cómo se motiva a un grupo con pocas opciones en la Liga y que, por tanto, tiene más presión para esta competición?

No comparto que tengamos pocas opciones en la liga, al contrario, como en la Copa, tenemos muchas. Si queremos ganar algún título, tenemos que asumir que debemos ganar a los equipos grandes. Habrá que analizar por qué no ganamos a los grandes y después ver qué pasa. Pero no podemos pensar que nos ganarán, no me cabe en la cabeza; me han educado de otra forma: llevo la cultura de que hay que ganar siempre y, si no, darlo todo y que los otros demuestren que son mejores. Queremos que nos respeten.

¿Y por qué no ganaban a los grandes en los momentos clave?

Tengo mi opinión, pero la reservo para los jugadores. Hemos mejorado los puntos en los que se puede incidir rápidamente; llevamos trabajando sólo tres semanas.

¿Puede dar una causa global?

No. Esas cosas se deben valorar internamente. Quizás los errores que se han cometido han ido por aquí. Hay que hablar con el jugador, no publicarlo. A mí, no me preocupan los otros, bastante tengo con poner remedio a los problemas que tenemos nosotros, que es lo que hacemos. El equipo ha mostrado cierto grado de madurez últimamente y estoy contento. Veo a los jugadores con muchas ganas de hacer cosas y optimistas. Es el primer paso.

Cadenas sí señalaba los fallos de su equipo.

Cada cual tiene su forma de ser. A mí, como jugador, me gustaba que me dijeran las cosas buenas y las malas y es lo que quiero hacer con ellos. El respeto del jugador se gana respetándole primero.

¿Qué ha tomado para su manual de Valero, de Espar y de Cadenas?

De Valero, su carácter ganador. De Xesco, el control, la metodología, su metódica. De Manolo, cómo transmitir el nivel de agresividad y contundencia que quiere de sus equipos. A parte de eso, cada persona tiene sus valores, que están por encima del balonmano y te llevan hacia un camino: cuando dudo, aplico el seny, el sentido común.

¿El dream team fue como una política de tierra quemada para sus sucesores?

El dream team fue sensacional y debemos sentirnos orgullosos. Pero lo fue porque, en aquella época, se dieron ciertas circunstancias. Esta época es diferente: la sociedad ha cambiado y los jugadores no tienen la misma mentalidad que antes; el balonmano no es el de antes. No se puede trasladar aquello a ahora. ¿Títulos? Sí, pero el nivel de competitividad que hay ahora es estratosférico. Hay que recuperar paso a paso, pero no se puede correr sin saber caminar.

¿La competitividad es lo que más ha cambiado en el balonmano?

Ahora hay cinco o seis equipos con un nivel extraordinario. Antes, dos o tres. Hoy ganar la Asobal es muy difícil. Hay más competiciones, poco tiempo para descansar, saturación

¿Y en el juego?

Ahora se juega mucho más rápido, ataques posicionales más cortos, variaciones tácticas importantísimas, se saca rápido de centro, el juego es más atractivo, se han perdido aquellas defensas tan agresivas a pocos goles, el ataque es menos elaborado pero más agresivo en la culminación.

¿Iker condiciona más que ayuda al equipo?

Es un placer tenerlo. Primero, como persona. Luego, en la pista lo da todo.

 

 

Fue cocinero antes que fraile y ahora aplica las recetas aprendidas a un grupo necesitado de condimentos innovadores. La primera prueba, el partido decisivo en la Liga de Campeones, le llegó demasiado pronto a Xavi Pascual. La segunda, de nuevo ante el Ciudad Real, la salvó con el título de la Copa del Rey.

Debutó ante el Ciudad Real, que les echó de Europa, y se lo encontró de nuevo en la final de la Copa. ¿Fue el peor estreno posible?

No. Las cosas son como son y hay que afrontarlas cuando suceden. No me escondo ante las dificultades: las afronto de la forma más positiva y tranquila posible.

Pero ¿prohibiría los debuts contra el Ciudad Real?

No. Es un gran equipo, pero debutar contra ellos es una anécdota. A nadie le gustaría tampoco debutar contra el Barça.

¿Cómo explica el paso atrás del Barça los últimos años?

No es algo a lo que yo tenga que buscar explicaciones. La situación es la que es, cada cual tienen sus responsabilidades y yo no puedo mirar lo que pasó hace tres años o diez. El pasado, bueno y malo, es pasado. No me importa cómo se ha llegado a esta situación. Es la que hay y yo tengo que analizar cómo sacar rendimiento ahora.

¿Qué aportará para ello?

El equipo ya ha dado un paso adelante importante: somos más sólidos, tenemos más confianza en nosotros y nos hemos acostumbrado a luchar mucho para salir adelante, cosa que no había pasado antes. Eso faltaba y nos ha permitido levantarnos en momentos muy adversos.

Este grupo se ha cargado a tres entrenadores (Valero, Espar y Cadenas). ¿Es conflictivo?

Hablamos de cosas irreales: lo que hizo Valero (Rivera) aquí no ha pasado en ningún otro sitio. Es un modelo idílico, que se dio en un momento determinado, pero es pasado. Estamos viviendo del pasado cuando hay que vivir el presente, analizar y poner remedio.

¿El problema es que nadie ha asumido la actual realidad?

No sé si ése el problema, pero sí que cada uno tiene que saber lo tiene que hacer.

Decía que lo de Valero es irreal, pero en balonmano es frecuente ver a entrenadores muchos años en el mismo banquillo.

Comparamos con el fútbol y con el baloncesto, y eso es un error. Nuestra realidad no es la misma y los cambios son naturales. Ese es uno de nuestros errores: vivir del pasado o del futuro y no del presente. Hemos ganado la Copa y queremos luchar por una Liga en la que todo el mundo nos da por enterrados. Probablemente, no la ganemos o quizá sí, pero, como mínimo, hay que intentarlo.

¿Le afecta depender de una directiva cuestionada que ha destituido ya a dos técnicos?

No me lo planteo. Sólo pienso en la Liga, si no incurriría en el mismo error que se ha cometido mucho tiempo: vivir del pasado o del futuro. Tenemos los jugadores que tenemos para ganar esta competición y no vale lamentarse. Lo que vale es ganar. Si después no lo conseguimos porque el rival ha sido mejor que nosotros, le felicitaremos.

¿Cómo se motiva a un grupo con pocas opciones en la Liga?

No comparto que tengamos pocas opciones en la Liga; al contrario, como en la Copa, tenemos muchas. Si queremos ganar la Liga, tenemos que asumir que debemos ganar a los equipos grandes. Habrá que analizar por qué no ganamos a los grandes y después ver qué pasa. Pero no podemos pensar que nos ganarán, no me cabe en la cabeza; me han educado de otra forma: llevo la cultura de que hay que ganar siempre y, si no, darlo todo y que los otros demuestren que son mejores. Queremos que nos respeten.

¿Y por qué no ganaban a los grandes en los momentos clave?

Tengo mi opinión, pero la reservo para los jugadores. Hemos mejorado los puntos en los que se puede incidir rápidamente; llevamos trabajando sólo tres semanas.

¿Puede dar una causa global?

No. Esas cosas se deben valorar internamente. Quizás los errores que se han cometido han ido por aquí. Hay que hablar con el jugador, no publicarlo.

Cadenas sí señalaba los fallos de su equipo.

Cada cual tiene su forma de ser. A mí, como jugador, me gustaba que me dijeran las cosas buenas y las malas, y es lo que quiero hacer con ellos. El respeto del jugador se gana respetándole primero.

¿Qué ha tomado para su manual de Valero, de Espar y de Cadenas?

De Valero, su carácter ganador. De Xesco, el control, la metodología, su metódica. De Manolo, cómo transmitir el nivel de agresividad y contundencia que quiere de sus equipos. A parte de eso, cada persona tiene sus valores, que están por encima del balonmano y te llevan hacia un camino: cuando dudo, aplico el seny, el sentido común.

¿El dream team fue como una política de tierra quemada para sus sucesores?

El dream team fue sensacional y debemos sentirnos orgullosos. Pero lo fue porque, en aquella época, se dieron ciertas circunstancias. Esta época es diferente: la sociedad ha cambiado y los jugadores no tienen la misma mentalidad que antes; el balonmano no es el de antes. No se puede trasladar aquello a ahora. ¿Títulos? Sí, pero el nivel de competitividad que hay ahora es estratosférico. Hay que recuperar paso a paso, pero no se puede correr sin saber caminar.

¿La competitividad es lo que más ha cambiado en el balonmano?

Ahora hay cinco o seis equipos con un nivel extraordinario. Antes, dos o tres. Hoy ganar la Asobal es muy difícil. Hay más competiciones, poco tiempo para descansar

¿Y en el juego?

Ahora se juega mucho más rápido, con ataques posicionales más cortos y variaciones tácticas importantísimas, se saca rápido de centro, el juego es más atractivo, se han perdido aquellas defensas tan agresivas a pocos goles, el ataque es menos elaborado, pero más agresivo en la culminación.

¿Iker condiciona más que ayuda al equipo?

Es un placer tenerlo. Primero, como persona. Luego, porque en la pista lo da todo.

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