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Los números cantan

 

 

ENRIQUE MARÍN

A diferencia del baloncesto, donde las estadísticas sirven para medir el rendimiento de equipos y jugadores, en el fútbol hay números que si no son debidamente interpretados pueden resultar engañosos, ya sea para bien o para mal. Como deporte de habilidades abiertas, en el que no siempre la superioridad sobre el campo se refleja en el marcador, al hablar de fútbol es fácil caer en el error de analizar el juego sólo y exclusivamente en función del resultado.

Desde esta postura, conocida como resultadismo, se entiende que el 0-1 de España ante Suiza sacara de sus madrigueras a los fatalistas. Los mismos que cuando la roja ganaba y ganaba y no dejaba de ganar, no veían el partido donde la roja pudiera perder y ahora, por una derrota que puede resultar nutritiva, no encuentran uno donde pueda volver a ganar.

Disputada una primera ronda completa del Mundial, en las estadísticas que supuestamente mejor hablan de un equipo, España se encuentra entre las mejores en posesión, remates, pases buenos, recuperaciones, faltas recibidas... y centros al área, un concepto éste que no cuadra con el estilo de la roja, el que impusieron los jugones, y que retrata el desesperado plan B de Del Bosque. Jesús Navas lanzó 18 centros al área, más que nadie en los primeros 16 partidos del Mundial, y eso que el sevillano sólo jugó más de media hora frente a los suizos.

Por contra, los números de Xabi Alonso, en su triple vertiente de recuperador (el segundo de la roja, tras Piqué), organizador (el que más pases dio) y llegador (el que más remató), dejan aún más en evidencia la decisión de Del Bosque de alinear junto a él a Busquets. Las estadísticas, además de la evidencia, demuestran la insultante superioridad en el juego de la roja sobre Suiza, aunque los únicos guarismos que dan puntos, los que figuran en el marcador, fueron favorables para los helvéticos: 0 goles en contra, 1 a favor.

Al igual que le ocurriera ante Estados Unidos en la Copa Confederaciones, en su debut mundialista la roja monopolizó la posesión del balón (73%) y tiró a puerta hasta 24 veces (29 ante EEUU), pero ello no le bastó para vencer. Suiza cedió la pelota y se afanó en no dejar espacios para que España no pudiera mover el balón con rapidez. Hitzfeld cerró las líneas de pase, cegó a Xavi y ahogó a Villa. Sólo Iniesta en conducción fue capaz de llevar peligro. La decisión de Del Bosque de dar entrada a Navas y Pedro jugó a favor de los suizos, que cedieron los costados, sabedores de que el peligro no es que el balón llegue a las bandas, sino de lo que desde allí se pueda generar. Escaso si no hay referencias dentro del área y el rival se impone una y otra vez por alto.

Como dice Johan Cruyff, otro convencido de que la roja va a llevarse la Copa del Mundo, la insistencia en el modelo de ganar jugando bien es el mejor bagaje de España. Ahí están sus números y sus resultados, aunque como el de Suiza es el último, hay quien ya reniega.

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