Público
Público

Ola de histeria en Brasil

EDUARDO ORTEGA

Recibió de Alexis tras una pared, controló ante Thiago Silva y, justo sobre la línea del área grande, soltó un zarpazo con su pierna derecha que acabó repelido con fuerza por el larguero. Julio César, algo adelantado y sin apenas tiempo de reacción, casi ni se movió. Corría el minuto 120 y las gradas del Mineirao de Belo Horizonte contuvieron la respiración durante esos instantes dramáticos con el disparo del chileno Pinilla. Pocos minutos después, sólo otra madera en la ruleta rusa de los penaltis permitió a la favorita, Brasil, seguir con vida en su Mundial.

Fue el primer choque de octavos y el patrón se repitió en la mayoría de los restantes siete partidos. Sólo el Colombia-Uruguay (2-0) se libró, gracias a las genialidades de la sensación James Rodríguez y sus compañeros, de la ola de histerismo general que sobrevuela el Mundial estos días. No logran los favoritos imponer su condición ni su juego ante unos rivales que en algunos casos se cuentan como claramente menores. Fue el caso de Francia, que tras un choque muy ramplón logró resolver su pase a cuartos cuando quedaban diez minutos para otra prórroga. Han ido los galos de más a menos para acabar sufriendo con Nigeria, a la que únicamente consiguieron tumbar con un gol tras una cantada del portero y otro tanto en el descuento.

Los africanos, que plantaron cara tanto a Argentina como a los de Deschamps, eran la mitad de los representantes africanos que aún seguían con vida. La otra parte, Argelia, llevó a toda una Alemania a pensar en el abismo. La Mannschaft, al contrario que sus rivales en cuartos, contaron con ocasiones de sobra para no necesitar otros treinta minutos extra, pero ni con la solución de urgencia Klose evitaron a sus miles de seguidores los nervios generados por un fallo tras otro ante la portería rival. Y también porque se sucedían cada vez más aproximaciones de los magrebíes, que se pueden ir muy contentos del torneo: en la primera vez que pasan de la fase de grupos han llevado a Alemania al límite.

Tampoco fue capaz Costa Rica de evitarse un susto. Los hombres que habían dejado en la estacada a Italia e Inglaterra y ganado a Uruguay no pudieron clasificarse con comodidad ante Grecia. Controlaron el choque los Ticos hasta que Sokratis Papastathopoulos igualó en el descuento. Y sólo un Keylor Navas de cine salvó la remontada de los helenos unos segundos después. Ya en los penaltis, el aún portero del Levante se erigió en héroe nacional al detener el lanzamiento definitivo a Gekas.

Necesitó la Holanda que goleó y finiquitó a España de una remontada imposible para no apearse antes de tiempo del torneo. Se topó con un espectacular Ochoa, como lo hicieron los brasileños, y sólo reventaron las mallas mexicanas en el último suspiro y con un penalti polémico. Marcó Sneijder de un derechazo en el minuto 88 y Huntelaar transformó la pena máxima cuando ya todos pensaban en la prórroga.

No iba a ser la última jornada de estos octavos menos que las anteriores. Argentina y Bélgica se subieron ayer también al carro de la emoción futbolística con otras dos prórrogas que compitieron entre sí por ver cuál resultaba más trágica. El pésimo juego albiceleste únicamente encontró premio muy al final, cuando Messi decidió aparecer y Di María surgió por el pasillo diestro del área para ejecutar con su zurda al portero suizo a tres minutos de los penaltis. Darían todavía un último coletazo los de Hitzfeld con un remate a quemarropa al palo, dejando a la hinchada argentina, seguidora de su Dios Messi, al borde de un infarto.  

El partido de los belgas fue, al menos, diametralmente opuesto. Al fin salieron de su cueva de juego rancio y aburrido para ofrecer un estilo ofensivo y de toque acorde a lo que se esperaba de ellos, como la mejor generación del país en décadas. Treinta y un disparos, once de ellos a puerta, con los que acribillaron a un Howard impresionante, en una segunda juventud. Con Hazard y De Bruyne moviéndose por todo campo y Origi como estilete fallaron, eso sí, lo infallable y más ante EEUU. Así que otra media hora más de duelo para que Lukaku y De Bruyne lleven a Bélgica a cuartos, no sin evitar el sufrimiento hasta el final por el tanto de Green que reducía distancias para los norteamericanos.

Pasándolo muy mal, pero los favoritos, los primeros de grupo, han logrado meterse en cuartos para componer unos de los mejores cruces de los últimos torneos. Y, desde luego, el Mundial más emocionante desde Francia 1938, al igualar las cinco prórrogas que se jugaron entonces. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?