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La orgullosa Catalunya de Cruyff

La cuatribarrada supera con claridad (4-2) a la triste Argentina de Maradona en el estreno del entrenador holandés

RUT VILAR

La imagen de la grada del Camp Nou medio vacía desentonó con el orgullo inconformista mostrado por los jugadores de la selecció sobre el campo. Tantas veces criticados, fueron los deportistas los que sí dieron la talla. Quizás hubo aficionados que se borraron de la convocatoria por la amenaza de lluvia, aunque finalmente no cayó ni una gota durante el partido. Otros puede que se quedaran en casa por el frío. O porque era día laborable. Aunque, seguramente, los más no fueron anoche al Camp Nou por cansancio, hartos de que a la selección se le niegue la oficialidad reclamada en su día por 600.000 catalanes. Los fieles 53.000, contando también la hinchada argentina, un año más, se lo pasaron en grande en un partido que se celebró bajo el lema Una nació, una selecció.

Esta vez, sobre la cancha, nadie escurrió el bulto. Ni los jugadores del Barça hexacampeón. A pesar de que Puyol, Piqué, Valdés, Bojan y Busquets llegaron de Kuwait de madrugada, todos estuvieron en el Camp Nou. Y no se conformaron sólo con hacer acto de presencia. También Xavi, recién coronado tercer mejor jugador del mundo en Suiza, volvió anoche a vestir la camiseta de Catalunya. Cruyff, que se estrenaba como seleccionador de la cuatribarrada, puso de inicio a los seis del Barça. El holandés fue, junto con el ex azulgrana Oleguer, el más aplaudido de la noche.

En el banquillo albiceleste mandaba El Negro Enrique, mientras que Maradona, sentado en la tribuna, se mezclaba, bien escoltado, con la hinchada. El Pelusa, sancionado con dos meses de inhabilitación por la FIFA por dirigirse a la prensa argentina de forma faltona tras la clasificación de la albiceleste para el mundial de Suráfrica, no pudo acceder ni a la zona de vestuarios.

Cruyff, que se estrenaba como seleccionador, puso de inicio a los seis del Barça

Finalmente, no jugó Messi. Los problemas que arrastra en un tobillo el delantero del Barcelona recomendaban su descanso. Aun así, el partido fue como un regalo anticipado de Reyes. En el primer tiempo, Catalunya mostró orgullosa un estilo de juego bien definido a pesar de ser un equipo que carece de rodaje esta vez, los futbolistas del combinado catalán no pudieron hacer ni un entrenamiento juntos antes del partido. La selección apostó de nuevo por el fútbol ofensivo. En eso Cruyff no es dudoso.

Catalunya jugó con las líneas avanzadas, dominó la posesión y sólo se rompió en los último minutos. Por los argentinos, Lavezzi e Higuaín, veneno puro, buscaron con insistencia la portería de Valdés. El delantero del Madrid fue el más silbado de la noche.

Sergio García inauguró el marcador y, en el segundo tiempo, Bojan, Moisés que dedicó su gol al malogrado Jarque y Sergio, de penalti, se sumaron a la fiesta. Por la albiceleste, plagada de promesas que aspiran a ir al Mundial, marcaron Pastore y Di Maria.

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