MADRID – La carrera de Pepu Hernández (1958, Madrid) como entrenador de baloncesto está vinculada casi en su totalidad al CB Estudiantes, equipo al que entrenó, en varias etapas, por más de 30 años. Como recuerda Pepu durante la entrevista, en sus años en el instituto Ramiro de Maeztu "todos soñábamos que íbamos a ser extraordinarios jugadores, que íbamos a llegar al primer equipo del Estudiantes y que iba a venir el Real Madrid a por nosotros". "Y en mi caso yo le iba a decir que no", añade entre risas el veterano entrenador. Y es que la historia del Estudiantes está atravesada por la relación de rivalidad con el Real Madrid. Sin embargo, como apunta Pepu a Pablo Iglesias, "hay un punto en el que si no puedes dar más a tu jugador, tiene que ir a otro club para seguir creciendo".
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De su paso por la selección —la selección a la que llevó a la victoria en el mundial de Japón de 2006— Pepu Hernández destaca el "compromiso de los jugadores con los amigos, con los compañeros, con el baloncesto y con el país". Como recuerda el ex-seleccionador durante la entrevista, "en la primera charla que tuve con ellos muchos se quedaron sorprendidos porque no hablamos de táctica. Hablamos de respeto, de confianza y de generosidad".
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Pero a pesar de la sorpresa incial, cuando acabó el campeonato del mundo, los jugadores de la selección habían aprendido la lección. Tras clasificarse por primera vez en la historia para la final del mundial, este era el panorama en los vestuarios: Pau lesionado y sentado, Juan Carlos y Marc llorando a su lado, Jorge Garbajosa pegando una patada a la taquilla y el vestuario en silencio. "Entonces me di cuenta de la cosa más importante de mi carrera: habíamos hecho realmente un equipo", señala Pepu. "Los tíos estaban jodidos porque su amigo Pau Gasol se perdía el partido de la final", añade. Por eso, "cada vez que tengo la oportunidad de hablar con un entrenador jóven le digo: pobre del que sólo sea capaz de enseñar técnica y táctica a sus jugadores".
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Pepu es un entrenador que ha aprendido de sus jugadores y a los que no se cansaba de repetirles, como recuerda durante la entrevista, que "vosotros estáis aqui y hay otros 458 que no están. Jugáis por ellos. Y jugáis por mi también, porque a mi me hubiera gustado en todo momento estar en la cancha y sentir lo que vosotros sentís ahí".