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El pincel le gana al martillo

El Sevilla propuso algo más que el Valencia para lograr la victoria (2-1)

ALBERTO CABELLO

Sevilla y Valencia convirtieron su partido en un duelo entre mosqueteros y soldados del cardenal Richelieu. La falta de precisión convirtió cada pelota en una pelea a sable. La trascendencia le hurtó brillantez a un partido entre dos plantillas que dan para mucho más, pero los puntos pudieron más que los quilates. El debate entre las dos alternativas de la Liga sirvió para acercarles más a las voces del proletariado que al discurso de las dos grandes potencias.

Los buenos espadachines se apuntaron también a la pugna. Quizá por ese motivo Emery prescindió en el equipo titular de Banega. Amarró al argentino al banquillo y optó por un centro del campo de mucho corte y escasa confección. Dejó a los bajitos sin el nexo de unión con el resto del equipo. A Villa, Silva, Mata y Pablo les costó un mundo tener contacto con el balón.

El Sevilla propuso un gramo más. Zokora es una bujía extra para el motor. El equipo se movió con algo más de alegría que en el último mes. Además, con la presencia de Kanouté el catálogo ofensivo siempre se enriquece. Incrustado en la media punta, su presencia beneficia a cualquier compañero a su alrededor.

Sevilla y Valencia convirtieron su partido en un duelo entre mosqueteros y soldados

De este brindis por el fútbol de martillo y piqueta se escaparon Negredo y Navas. La pareja prefirió el pincel para hacerle un retrato a una contra espléndida resuelta a dos toques. El extremo ha llegado a tal punto que hasta se gusta en el campo. La mayor necesidad que tenía el Sevilla en este partido le dio ese dominio liviano del juego. El método fue más tosco que exquisito, aunque resultó efectivo gracias a una jugada a balón parado resuelto en el segundo palo por Negredo.

El delantero madrileño estuvo exquisito en cada roce con la pelota. Se agradece esa intención por el lujo en un partido tan importante y con tantas cadenas puestas en el césped. El mejor Negredo aparece en el momento en el que Kanouté y Luis Fabiano ya están listos para el juego. Después del partido de ayer, la titularidad del brasileño y el africano se aprieta todavía más. Lo mejor para el Sevilla es que sus tres delanteros están a punto para afrontar el tramo más decisivo del año.

La desventaja sacudió las entrañas de Emery. Desanduvo el camino y volvió a la esencia. Hizo una propuesta más evidente por la pelota con la salida de Banega. Además le metió más metralla a la delantera con los dos metros de Zigic. Sal y azúcar. Toque y juego directo. Una mezcla extraña de sabores para intentar igualar el partido. Fue el Sevilla el que golpeó otra vez con esa maravilla fabricada entre Negredo y Navas.

Los peloteros del Valencia se asomaron el partido con los dos goles de desventaja. Aparecieron un rato y dejaron una sensación de que se desaprovechó más de una hora de juego por esa decisión.

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