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Puyol sentenció a Ronaldinho

El capitán del Barça impulsó de acuerdo con la plantilla que el brasileño dejara de jugar fuera de casa sin estar a tope

ALBERT MARTÍN VIDAL

El capitán entró en el vestuario hecho un basilisco. El Coliseum Alfonso Pérez acababa de presenciar una nueva humillación al Barcelona y Puyol no pudo contenerse.

Seguramente sus compañeros nunca le habían visto tan duro y tan cabreado como la noche del 10 de noviembre, después de la indolente imagen que dejó el Barça en su enésima derrota en Getafe (2-0). Aquel día, Puyol hizo una excepción y ventiló ante los medios su indignación: 'Desde fuera no se ve un equipo solidario, en el que todos vayan a una, tenemos que poner todos la misma actitud'.

La proclama del capitán no se quedó ahí: formaba parte de un plan que llevaba tiempo madurando y que ejecutó sin contemplaciones a la mañana siguiente. Después del entrenamiento, se quedó en el vestuario esperando a Ronaldinho y Messi, a quienes responsabilizó de la derrota. Ninguno de ellos aportó nada en ataque, pero, sobre todo, se mostraron indiferentes a todo cuanto ocurría cuando el Getafe tenía el balón. La indolencia de Messi fue tal que incluso pareció dormirse en el banquillo tras ser sustituido. El mensaje del capitán, que oyó el resto del vestuario y las dos estrellas cuestionadas, fue contundente: 'O nos juntamos o nos vamos a la mierda'.

La suplencia como solución

El mismo día, Rijkaard ya demostró que secundaría la doctrina Puyol. 'Siempre he estado esperando que algo cambiara, pero cada uno tiene sus límites, y ahora llega el momento de tomar decisiones', dijo. Esa misma semana, Txiki Begiristain pidió al equipo que recuperara 'las sensaciones, la movilidad, la intensidad y la conjunción como equipo'.

Cumplidos ya más de tres meses de aquel intenso fin de semana en el vestuario azulgrana, Ronaldinho no ha vuelto a jugar como titular. El Barça ha mostrado una cara de equipo luchador, sufrido, con problemas de cara a la puerta contraria pero con una actitud irreprochable. De hecho, no ha vuelto a perder como visitante, algo que se convirtió en tónica habitual en los primeros tres meses de competición.

Inmerso en una errática persecución del Real Madrid, que de momento no ha dado frutos -tras perder en Getafe en la jornada 12 estaba a cuatro puntos del líder y hoy, en la 23, se encuentra a ocho-, el Barça parece convencido de que sólo desde el colectivo podrá acabar la temporada con algún título.

Tal vez por ello, los azulgrana visitaron ayer las instalaciones de El Montanyà, donde el Barça de Cruyff realizaba los entrenamientos previos a los partidos decisivos. Los jugadores celebraron una barbacoa tras ejercitarse, en el que fue, según aseguró un miembro del cuerpo técnico, 'el mejor entrenamiento del curso'. A Ronaldinho se le vio sudar la gota gorda. Sabe que sólo así logrará el perdón del grupo.

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