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El Real Madrid se infla por arriba; el Barça resiste desde abajo

Los blancos recuperan contra el Granada el juego y la pólvora, de la 'manita' de Cristiano. Los azulgranas se sostienen en Vigo gracias a los recursos de su zaga. Una jornada menos, los mismos puntos de distancia pero sensaciones contrarias.

Cristiano y Mathieu celebran ayer sus respectivos goles. REUTERS / EFE

A la Liga ya solo le quedan nueve jornadas. 27 puntos por disputar. Y las matemáticas dicen que la situación es idéntica entre Barcelona y Real Madrid que antes del parón de selecciones. Los dos colosos del fútbol español han iniciado el sprint final en su frenética carrera por alzarse con el título con los azulgranas en cabeza, con cuatro puntos más que los blancos. 

Los de Luis Enrique marchan con la mirada puesta en el retrovisor y con una cima que alcanzar que se les puede hacer muy cuesta arriba. Tendrán que tirar de pico y aferrarse al mosquetón, como sucedió en su escala en Vigo. Trabajo rudo el que les queda para seguir manteniendo las distancias con un Madrid que se chutó ayer una buena dosis de autoestima a costa del penitente Granada. Mientras, los azulgranas volvieron a sobrevivir contra el Celta gracias a la cabeza del defensa Mathieu y sostenidos, ante la ausencia de centro del campo, desde la retaguardia.

El Barça se encoge a la hora de hilvanar el juego, santo y seña de su identidad hace bien poco. Ahora, el equipo se ahoga si tiene que elaborar y se desata si los espacios se abren. Si lo último no pasa, como contra el Celta, la otra opción es la estrategia. La que le ha dado seis puntos, en el clásico y ayer, gracias a la efectividad de los testarazos del central francés. Poco que rescatar más del flojo partido en Balaídos. Tres fogonazos del renqueante Messi y la clarividencia de Xavi a la hora de desatascar saliendo desde el banquillo. Y, por supuesto, la seguridad atrás gracias a la segunda juventud por la que atraviesa Gerard Piqué y al 'Zamora' Bravo.

Cristiano sacó el fusil

El Barça resiste y el Madrid se infla. Nueve balones tuvo que sacar del fondo de su portería el pobre Oier. Cinco de ellos del resucitado Cristiano, que llegó a rematar hasta 13 veces entre los tres palos. El portugués firmó por primera vez en su carrera un repóker en la mayor goleada del conjunto merengue (9-1) desde la temporada 67/68.

El '7' madridista volvió a recuperar una sensaciones que andaba persiguiendo desde el baño de ego del Balón de Oro. Nada mejor que un 'sparring' como el Granada para marcar otra muesca en su estaca de los hitos y para, de paso, apretar el acelerador en su pugna con Messi por el Pichichi. 

La puntería de Cristiano se vio reflejada en todo el equipo. Y los síntomas que había ofrecido en la derrota en el Camp Nou se confirmaron. Las dudas se han disipado y se ha completado la conjura. La plantilla entera rema ahora en la misma dirección para conseguir todos los puntos que restan, Ancelotti vuelve a contar con todas sus piezas y el juego que identificó al equipo la temporada pasada ha regresado.

Ayer, otra gran noticia para el técnico italiano fue el regreso del colombiano James Rodríguez. Dio dos asistencias, una de ellas con un gesto de tobillo magistral, y aportó dinamismo y verticalidad al juego por la zona izquierda. No se notó sus dos meses de ausencia y ahora reabre el debate con Isco. Y, para colmo, la fiesta se completó con los dos tantos de Benzema y el primero de Bale. La BBC también vuelve a carburar.

Ahora, el Madrid no puede tomar como axioma el partido de ayer. El calendario le exigirá todavía muchas demostraciones sobre su revitalización. Para empezar esta misma semana en el estadio de Vallecas. Más sencillo, a priori, se presenta el partido intersemanal para el Barça, que recibe al Almería. Precisamente un exculé como Sergi se estrenará el banquillo andaluz. Pero en el horizonte del próximo sábado se asoma la complicadísima visita al Sánchez Pizjuán.

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