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El regreso del puño de hierro alemán

Vettel logra su cuarto Mundial consecutivo y aplica el rodillo como hace diez años, cuando Michael Schumacher arrollaba. El de Red Bull va camino de superar a su ídolo

EDUARDO ORTEGA

Aquel 2002 la cosecha fue espectacular. Había sembrado ya en las temporadas anteriores para que ese año resultara absolutamente triunfal. Pero no por más esperado fue menos disfrutado. Michael Schumacher se imponía con una superioridad aplastante para lograr su quinto título mundial de Fórmula 1. Después vendrían dos más. Los cinco campeonatos del alemán entre 2000 y 2004 fueron un arrollamiento en toda regla. Sólo en 2003 el triunfo estuvo en duda, con un Raikkonen tremendo que llevó al límite a Schumi. En 2000, el teutón devolvía a Ferrari a lo más alto con una victoria apretada sobre Hakkinen, su tercer Mundial. Sin embargo, el dominio del alemán fue absoluto. Ganó más de la mitad de las carreras (nueve de diecisiete). Exactamente igual que en 2001. Y aumentó esos registros en los años posteriores: salió victorioso en once de las diecisiete pruebas de 2002 y en trece de las dieciocho disputadas en 2004. 

En 2001, 2002 y 2004, de hecho, no tuvo rival. Casi dobló en puntos a Coulthard en el primero; y en los segundos, su mayor contrincante fue su compañero de equipo, Barrichello. Circunstancias que daban cuenta de la escasísima competencia y emoción de aquellos Mundiales. Las mismas que Lewis Hamilton ha denunciado en los últimos días que en la actualidad vuelven a producirse. 'Lo siento por los aficionados porque me acuerdo de ver cuando Shumacher ganaba. Recuerdo ver el principio, irme a dormir, y después despertarme al final, porque ya sabía lo que iba a pasar', se lamentaba el británico tras el Gran Premio de Corea. Una carrera en la que Vettel aplicó el rodillo de toda la temporada. Ha ganado diez de las dieciséis carreras hasta el momento, y seis de las siete últimas.

El dominio del alemán y de Red Bull es incontestable. Ni siquiera los cambios en el reglamento introducidos han logrado dotar al Mundial de una mayor emoción. Cierto es también que las escuderías rivales, como Ferrari, no se han empleado a fondo. Algo que ha denunciado Fernando Alonso bastantes ocasiones desde que llegó a Il Cavallino Rampante. La escudería austríaca ha hecho su trabajo de manera extraordinaria, con innovaciones que le han distanciado mucho de los demás. La dictadura de Red Bull y Vettel se traduce en la inmensa cantidad de poles y de victorias. Todo lo que ha llevado a que el teutón haya logrado este domingo su cuarto título consecutivo en India.

Han sido dos sobre la bocina y otros dos arrolladores, lo que recuerda a la época, diez años antes, en la que el Káiser no tenía rival sobre la pista. 'Hace una década las diferencias eran de entre treinta y sesenta segundos', sostiene, sin embargo, Vettel. Baby Schumi, apodado así precisamente por ello por algunos, va camino de romper todos los récords. También los del propio Michael, que es el piloto con más campeonatos del mundo de la historia, con siete. El de Red Bull lleva ya cuatro, a sus 26 años, por lo que amenaza seriamente con llegar e incluso superar la cifra del todopoderoso Káiser.

Vettel: 'Hace una década las diferencias eran de entre treinta y sesenta segundos'

Equipararlos es inevitable, pese a que el propio Seb se ha esforzado en varias ocasiones en defender lo contrario. 'Es difícil ponerlo en perspectiva, no pienso en ello', se limita a afirmar. Exactamente igual que Michael, que considera que 'las comparaciones no son necesarias'. 'Él está haciendo lo suyo en este momento y yo lo hice antes', dice enigmático. Mientras tanto, Vettel ya es el tetracampeón más joven de la historia de la Fórmula 1, destrozando todo tipo de marcas de precocidad.

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