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La reinvención de Isco

EDUARDO ORTEGA

Arribó alegre a la capital de España un verano como esos que lucen en su Málaga. La suerte y el juego acompañaron a Isco apenas un par de meses en los que el Madrid anduvo como un equilibrista, sorteando pinchazos, afinando, buscando Ancelotti la tecla. Al malagueño le aguardó el banquillo ante su bajón físico. Prefería el técnico italiano jugadores de más constancia y resistencia, menos intermitentes para la idea que tenía del centro del campo.

Su último choque como indiscutible fue precisamente ante el equipo con el que la campaña pasada brilló en España y en Europa, alcanzando unos cuartos de Champions que no fueron semifinales por poco. El mal partido en Liga contra el Málaga le costó el puesto en el clásico en el Camp Nou a la jornada siguiente. Desde entonces, la presencia de Isco en el once del merengue ha sido bastante esporádica. Sólo las continuas lesiones de Bale y las escasas rotaciones han permitido al malagueño volver a saborear las mieles de la titularidad con los blancos.

Dio al fin Ancelotti con la sintonía que necesita este Madrid y en ella no está, de momento, el ex blanquiazul. Ha recompuesto el trasnsalpino el mediocentro merengue con tres jugadores, dos rodeando a Xabi Alonso. Pero el entrenador ha tenido que esperar muchos episodios para poder formar ese trivote definitivo. Primero la recuperación de Xabi Alonso de su lesión; después encontrar la alternativa a la baja por toda la temporada de Khedira. Entre tanto, tampoco Illarramendi, el otro mediocentro fichado a golpe de talonario, se ha ganado un lugar preferencial. No pierde, sin embargo, el joven jugador malagueño la sonrisa. Ni se le ha pasado, hasta ahora, por la cabeza abandonar y emigrar al Manchester City, que compitió con Florentino por ficharle el verano pasado.

Prefirió el ex de la Juventus apostar por un Modric irregular en el que pocos confiaban y que ha acabado por dar la razón, aunque muchos meses tarde, a Mourinho, cuando el luso se empeñó en su contratación. El croata es uno de los motores de la nave blanca y su presencia se antoja ya casi tan crucial como la de Xabi Alonso. En el lado izquierdo del tolosarra se sitúa el ojito derecho de Ancelotti, Di María. Se opuso el técnico a la salida del argentino en verano y ha continuado jugando con él pese a tener las bandas de sobra cubiertas con Cristiano y la consolidación definitiva de Bale. Le ha conferido el transalpino un lugar en el mediocentro para el que Di María ha tenido que cambiar y mejorar muchas de los aspectos que tenía en su haber. Entre ellos, el trabajo y sacrificio defensivo. 

Ancelotti: 'Tiene que acostumbrarse a jugar en su nueva posición, sobre todo por el perfil defensivo'

Es por ello, por la presencia de uno de los preferidos de Ancelotti, que Isco tiene complicado encontrar su lugar. Precisa de trabajar duro, como Di María, para reinventarse y pasar de ser un mediapunta a un todoterreno en el centro del campo que defiende, abarca toda la media y distribuye con rapidez. Le cuestan a Isco estas labores, aunque lleva unos meses ya bregándose para dar a Ancelotti lo que le pide. No lo consiguió en su vuelta a Málaga el fin de semana pasado. Regresó a la titularidad ovacionado por la que fue su afición pero, apagado, acabó cambiado a la hora de partido.

'Tiene que acostumbrarse a jugar en su nueva posición, sobre todo por el perfil defensivo, pero le estamos entrenando en esta posición. Puede que en los primeros partidos falle en algunas cosas, pero seguro que puede jugar ahí', decía el italiano en la previa del duelo ante el Schalke. En ese encuentro del martes, Isco, jugando de mediapunta, recuperó esas sensaciones que tuvo en Málaga la anterior temporada y a comienzos de esta con el Madrid. Esta noche, pese a estar recuperándose de una gripe, es la única posible sorpresa que se baraja en el once de Carletto contra el Barça. Y puede que así recupere la titularidad que perdió hace justo una vuelta.

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