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Un salto del mediofondo al maratón

Liliya Shobukova ha logrado la segunda mejor marca en los 42,195 kilómetros

IGNACIO ROMO

Se ha convertido de golpe en la favorita al oro olímpico de maratón. Liliya Shobukova, rusa, 33 años, ganó el pasado domingo el maratón de Chicago con solvencia. Pisó la línea de meta en un tiempo de 2h18:20, que la sitúa de golpe como la segunda mejor corredora de maratón de toda la historia. Sólo Paula Radcliffe, plusmarquista mundial con 2h15:25, ha corrido más rápido que ella.

La atleta rusa es un ejemplo del excelente sistema de captación de talentos que sigue existiendo en su país. Cuando sólo contaba 10 años apareció un técnico en su colegio de Beloretz, su ciudad natal, y escogió a dos niñas para el equipo de atletismo de la ciudad. Una de ellas era Liliya.

Shobukova se especializó en las pruebas de mediofondo, en las que logró cronos de 2:03 en 800 metros y 4:03 en 1.500. Y fue una gran especialista en pista cubierta, dominaba sus curvas cerradas y visitaba con frecuencia Estados Unidos para competir en sus célebres millas en pista cubierta.

Lo curioso es que Liliya saltó al maratón casi sin pasar por las distancias intermedias. Sí compitió en 5.000 metros, pero cuando Igor su marido y entrenador le propuso competir en 10.000 metros en los Mundiales, Liliya le respondió: 'De acuerdo, voy a correr 10.000, pero será en total. ¡Haré las semifinales y la final del 5.000!'.

La épica del maratón fue seduciendo poco a poco a Shobukova, que fue acumulando kilometrajes cada vez mayores. En 2008, antes de decidirse a saltar a los 42,195 kilómetros, ya confesó el entrenamiento que llevaba a cabo los domingos el día clásico en que los corredores llevan a cabo las tiradas largas. Liliya solía correr 30 kilómetros a temperaturas de 30 grados bajo cero. Su entrenador le acompañaba en una furgoneta y le llevaba líquidos de avituallamiento cada cinco kilómetros.

Su salto al maratón se produjo en abril de 2009. Corrió en Londres y fue tercera con un crono de 2h24:24, un debut impresionante. Desde entonces, la rusa ha escrito el guión de sus hazañas en el maratón como si se tratara de Historia de dos ciudades, de Dickens. Ha corrido seis maratones: tres en Chicago y tres en Londres. Y ha ganado cuatro.

El pulsómetro es una herramienta clave para Shobukova. Realiza la mayoría de sus kilómetros a una frecuencia cardiaca de 150 latidos por minuto, siempre pendiente de la pantalla que registra los datos en su muñeca.

Todos los domingos se entrenaba igual: 30 kilómetros a 30 grados bajo cero

Liliya es una atleta de costumbres. En las mañanas del maratón siempre reproduce los mismos hábitos, que no le han ido mal. Se levanta cuatro horas antes de la carrera (en muchos casos eso significa en plena noche) y desayuna el mismo menú: té con limón, tostadas y cereales. A la hora de comer se muestra siempre orgullosa de sus costumbres nacionales. 'Me encantan las sopas: soy rusa', afirmó en una entrevista hace tres años.

Su gran hobby son los bordados. En los grandes campeonatos, Shobukova pasa mucho tiempo bordando en punto de cruz. 'Es lo que más me relaja en los momentos de mucha tensión', confiesa. Su próxima gran cita es en Londres: el maratón olímpico. El crono que consiguió el domingo en Chicago ya la catapulta como favorita para el oro, pero su principal rival jugará en casa. Paula Radcliffe tendrá ya 38 años e intentará terminar con su maldición olímpica. En Atenas se retiró y en Pekín corrió lesionada. El duelo está servido.

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